Un petrolero mexicano, sospechoso de causar la marea negra de Madeira
España y Francia han ofrecido al Gobierno portugués todo el apoyo técnico y humano disponible para luchar contra la marea negra que afecta desde el lunes al archipiélago de Madeira. Las autoridades portuguesas mantienen una actitud prudente en relación a las sospechas que recayeron inicialmente sobre el petrolero español Aragón, que derramó el 30 de diciembre unas 25.000 toneladas de crudo cerca de Madeira. También se han disipado las sospechas sobre el petrolero iraní Khark 5, que vertió más de 70.000 toneladas en las costas marroquíes. Las conjeturas se orientan ahora hacia un petrolero no identificado, de pabellón mexicano, que se dirigía al norte de Europa procedente de Oriente Próximo, y que fue también víctima de un accidente provocado por el mal tiempo en la misma zona.El presidente del Gobierno regional de Madeira, Alberto Joao Jardim, pidió al Gobierno central de Lisboa que contrate los servicios de una empresa internacional especializada para investigar el origen de la marea negra, con el fin de pedir las indemnizaciones correspondientes, pero se ha lamentado de la dramatización provocada por los medios de comunicación portugueses y extranjeros.
Focas monje
El turismo es la principal actividad de Madeira y de Porto Santo, y la industria hotelera teme que la publicidad del desastre asuste a la clientela habitual en esta época del año, constituida sobre todo por ricos pensionistas del norte de Europa y Estados Unidos, particularmente exigentes en materia de medio ambiente.Alejado el peligro que aún pesaba ayer sobre la parte norte de la isla de Madeira, el material que está llegando a la región va a ser utilizado para proteger la zona más turística de Porto Santo, la famosa playa dorada, donde están situadas las principales unidades hoteleras, y la reserva natural de los islotes desiertos con su colonia de focas monje.
La limpieza de las costas afectádas tardará, según los especialistas, de dos a tres meses, y se aplicará la experiencia acumulada en combatir la marea negra provocada el año pasado en Alaska por el derrame del Exxon Valdez: de momento, los responsables portugueses no son favorables a la utilización de dispersores químicos, cuya toxicidad puede revelarse más peligrosa para la fauna y flora marítima que el petróleo.
Los diputados de Azores y Madeira han pedido al Parlamento de Estrasburgo un debate urgente sobre la catástrofe, con la doble finalidad de pedir ayudas financieras para la zona y la población afectadas y la adopción de normas comunitarias preventivas.
En Porto Santo, la planta desalinizadora que suministra el 80% del agua potable ha sido parada como medida preventiva y se han prohibido la pesca y la comercialización del pescado.
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