Don Juan Carlos invita a los indígenas mexicanos a que se sumen al V Centenario

Los Reyes de España apenas pudieron practicar las pasadas Navidades los deportes de invierno, pero el viernes compensaron con creces la falta de ejercicio al escalar una pirámide maya en la zona arqueológica de Edzna. En un encuentro posterior con comunidades indígenas de la región de Oaxaca, don Juan Carlos les invitó a sumarse a la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América, aunque reconoció que no siempre los monarcas españoles lograron, hace cinco siglos, su propósito de defender la dignidad del indígena".

"Como no pudimos esquiar este año por falta de nieve, ahora hacemos deporte subiendo escalones", afirmó la Reina, mientras reponía fuerzas sentada en uno de los peldaños de la pirámide, de 31 metros de altura, conocida como el Edificio de los Cinco Pisos.Los Reyes regresaron anticipadamente este año de Courche velle (Francia), porque la nieve escaseaba, pero el viernes, bajo un sol de justicia, escalaron los 70 escalones. Vestido con una guayabera, don Juan Carlos gritó divertido desde la cumbre: "Esto tiene una mala caída".

Durante la primera jornada privada de su viaje al país azteca, la pareja real visitó Edzna, donde España ha contribuido a financiar las excavaciones con unos tres millones de pesetas, y, además, en esa zona arqueológica han trabajado en diferentes turnos cerca de 3.000 refugiados guatemaltecos. La Reina es en España la presidenta honorífica del Comité de Ayuda al Refugiado.

Los Reyes llegaron a Edzna en un vehículo todo terreno sin aire acondicionado, y junto con sus dos guías -Jorge Santiestevan, representante del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, y el arqueólogo Raúl Pavón Abreu- empezaron a escalar monumentos acompañados al principio por todo su séquito aunque a lo largo del recorrido muchos desistieron de seguir.

"La Reina es una máquina"

El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, se empeñaba en no perder de vista a don Juan Carlos y doña Soria, pero, cuando emprendía una nueva subida, su mujer, Mari Paz, le gritó: 'Ten acá", para evitar que el jefe de la diplomacia española, que en los dos últimos años ha sido opera do dos veces, se cansase inútilmente. Fernández Ordóñez obedeció la orden sin dudar, y mientras veía alejarse a doña Sofía a buen paso se le escapó un comentario: "La Reina es una máquina".Provista de una máquina fotográfica Polaroid, la Reina no paró de hacer fotos a su séquito. Le regaló una al secretario de Estado, Luis Yáñez, al tiempo que escuchaba las explicaciones con mayor atención que el Monarca sobre la historia de Edzna, la capital prehispánica de la región occidental de la península de Yucatán, fundada 400 años antes de Jesucristo, que en su época de esplendor alcanzó una población de más de 50.000 habitantes. Los Reyes volaron en la tarde del viernes (madrugada del sábado en España) de Campeche, cerca de Edzna, a Oaxaca, donde ayer a mediodía recibieron en la plaza Cívica de Teotitlán del Valle un saludo de representantes de siete de las 16 etnias indígenas que componen este Estado mexicano.

"Permitidme", declaró don Juan Carlos a los delegados de los indios culcatecos, mixtecos, chontales, etcétera, "que os convoque a aprovechar plenamente las conmemoraciones [del V Centenario] para, a su socaire, suscitar entre todos una reflexión (...)

Algunos grupos de indigenistas se han pronunciado ya en contra de esa iniciativa española para 1992.

Por eso, acaso, antes de formular tal invitación el Rey aseguró que "la Corona de España procuró desde el mismo momento del descubrimiento del Nuevo Mundo la defensa de la dignidad indígena", aunque, admitió, "la prudencia y la ecuanimidad de los monarcas fue, a menudo, lamentablemente desoída por ambiciosos encornenderos y venales funcionarios".