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Azarosa herencia

El patrón hereditario de la enfermedad de Parkinson no ha seguido jamás las normas matemáticas habituales que predicen con qué frecuencia una enfermedad se transmitirá de generación en generación. El Parkinson ataca a algunos miembros de la familia y a otros no, aparentemente al azar, y se puede saltar varias generaciones. Incluso en el caso de gemelos idénticos, uno puede padecer la enfermedad y el otro no.El estudio de Colorado que relaciona el Parkinson con las mitocondrias ofrece una posible explicación. Hace unos 500 millones de años, las mitocondrias eran organismos vivos libres, que se unieron a las células, que, finalmente, se convirtieron en la base de todos los organismos vegetales y animales multicelulares. Son portadoras de algunos genes únicos que construyen las proteínas que sólo se encuentran en esa estructura. Estos genes mitocondriales se duplican independientemente de los genes celulares y se heredan de forma diferente.

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La mitad de los genes del núcleo proceden de la madre, y la otra mitad del padre. Pero todos los genes mitocondriales proceden únicamente de la madre porque las mitocondrias pasan de la madre al hijo en la célula madura del óvulo. Los estudios de distintas enfermedades raras causadas por defectos genéticos en las mitocondrias demuestran que las enfermedades, y su gravedad, dependen de cuántas mitocondrias defectuosas se hereden. Esta combinación puede explicar por qué tardan tanto en aparecer los síntomas de Parkinson.

Técnica antigua

Por otro lado, científicos de la universidad John Hopkins están recuperando una técnica quirúrgica de hace 30 años para controlar los grandes temblores que produce la enfermedad de Parkinson en estado avanzado. El neurocirujano Fred Lenz y el neurólogo Mahlon Delong han ideado una estructura que mantiene la cabeza exactamente en posición correcta y una sonda electrónica fina y sofisticada. La enfermedad surge cuando mueren ciertas células en los ganglios basales, situados en la base del cerebro. Las fibras nerviosas parten de ellos y atraviesan el tálamo -cerca del centro del cerebro- y se adentran en los centros motores de la corteza cerebral. "La rigidez [resultante de la enfermedad de Parkinson] la causan las señales anormales que envían los ganglios basales a la corteza", manifiesta Delong. Si se puede interrumpir el trayecto, también se pueden interrumpir los temblores.

Con la ayuda de la sonda, se identifican los trayectos a través del tálamo con el electrodo. Se dirige después un bisturí electrónico caliente hasta el lugar exacto para quemar las células nerviosas del tálamo. Esto reduce el nivel de temblores y rigidez en la parte del cuerpo opuesto a la zona del tratamiento.

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