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Entrevista:

José Bono: "No gastaré en la Expo lo que me cuesta hacer un hospital"

El presidente de Castilla-La Mancha amenaza con ser el único que no esté en Sevilla 92

Miguel González

Castilla-La Mancha fue la única comunidad autónoma en la que el PSOE mejoró el pasado 29 de octubre los resultados electorales de 1986. Quizá por ello el presidente regional, el socialista José Bono, se siente con fuerzas para emprender una nueva batalla y amenaza con ser el primero en descolgarse de la Expo de Sevilla, el gran escaparate de la España del 92. Su argumento no puede ser más contundente: no está dispuesto a pagar los 700 millones que costará a cada autonomía contar con un pabellón propio en el recinto de La Cartuja. Con ese dinero, asegura, puede construir un hospital.

Pregunta. Como presidente de Castilla-La Mancha ¿qué le parece el debate sobre la autodeterminación?

Respuesta. No como presidente de Castilla-La Mancha, sino como español, tengo perfecto derecho a opinar acerca del espectáculo que se ha producido en el Parlamento catalán y que algunos amenazan con reproducir en el vasco. Yo creo que los gobiernos tienen un fin fundamental: conseguir el bienestar de los ciudadanos. Cuando hacen exhibicionismo y tratan de huir de la realidad de cada día porque no se consideran capaces de afrontarla, entonces están actuando mal. A veces he tenido la percepción de que el señor Pujol estaba más interesado por aparecer en el escaparate, un escaparate bien decorado y protocolariamente ordenado, que en resolver los problemas de las gentes que peor viven en Cataluña. A mí me parece absolutamente desafortunada, y constitucionalmente inadmisible, esa votación del Parlamento catalán.

P. Usted preside una de las llamadas- autonomías de vía lenta. Existe un debate sobre si dichas comunidades deben o no reformar sus estatutos para asumir nuevas competencias.

R. Todas las autonomías deben tener al final un nivel homogéneo de competencias y no encuentro ninguna razón que oponer a este principio. ¿Eso puede producir conflictos? Seguro. Sobre todo con las autonomías que quieren tener más competencias para ocupar un lugar más alto que las demás. Pero confío en que el Gobierno de España no va a perder la iniciativa en este tema y se van a producir nuevas transferencias. ¿Por qué procedimiento? Es absolutamente irrelevante que vengan por uno u otro camino y no pienso perder ni un minuto discutiéndolo.

P. Se ha quejado usted de que los dueños de las grandes fincas de Castilla-La Mancha declaran sus bienes en Madrid.

R. En esta región hay propietarios con nombres de muchas campanillas. No hay rico de medio pelo que no presuma de tener una finca de varios cientos de hectáreas. Como comunidad autónoma, somos recaudadores del impuesto sobre el patrimonio y cuál no ha sido nuestra sorpresa al comprobar que el domicilio fiscal de algunos de estos grandes nombres no figura en nuestra región, aunque es aquí donde tienen su patrimonio más llamativo. Eso nos perjudica desde el punto de vista de los ingresos y vamos a tomar medidas. Primero, vamos a inspeccionar dónde declaran sus bienes y por cuánto lo declaran, porque yo sí sé lo que valen. Segundo, vamos a negociar con el Estado para que los contribuyentes de Castilla-La Mancha contribuyan en este territorio, por razón de justicia y por razón de eficacia, porque si contribuyen aquí yo les aseguro que van a pagar. A nosotros se nos escapan muy pocos.

Anchuras y Cabañeros

P. Da la impresión de que la firmeza que mostró en defensa de Cabañeros, se tornó en resignación cuando llegó Anchuras.

R. Pude impedir que hubiera un campo de tiro en Cabañeros, porque lo declaré parque natural. Pero en Anchuras no puedo hacer lo mismo, aunque quisiera. Ya se cuidó muy bien la Junta de Defensa Nacional de declararlo de interés para la Defensa, con el fin de evitar que lo declarase parque natural. Quien esperara de mí, por el tema de Cabañeros una posición abertzale se equivocaba. Yo creo que el Estado no acaba en el paseo de la Castellana y que hay que compatibilizar dos bienes: la defensa de la naturaleza y la de España.

P. ¿No teme que la permuta de fincas que está realizando el Ministerio de Defensa entre Anchuras y Cabañeros perjudique también al parque natural?

R. Mientras yo sea presidente, Cabañeros va a gozar de la máxima protección. A mi Gobierno, al que le corresponde regir el parque natural, le es indiferente quiénes sean los propietarios de los terrenos, ya que todos estarán sometidos a la legalidad.

P.Qué espera su comunidad de la cifra mágica de 1992?

R. El año 92 no puede ser un espejismo, ni debe servir como promoción personal de nadie. Tampoco debe costarnos demasiado caro. Nos han dicho que los pabellones de las comunidades autónomas en la Expo de Sevilla pueden costar de 600 a 700 millones de pesetas. Le cuento esto, aunque quizá yo aquí debiera hacer un gran discurso sobre el 92, porque, desde luego, no voy a pagar 700 millones por ir a la Expo. Ya me han dicho: "pues será la única región que no vaya". Pues explicaré a mis conciudadanos que no puedo gastar en un pabellón para tres meses lo que cuesta un hospital. Yo no quisiera faltar, pero por más esfuerzos que haga no tengo 700 millones para eso. Veré cómo lo arreglo, se me ocurre que igual que el comisario de la Expo ayuda a otros países, podría ayudarme a mí, que soy español.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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