Ceaucescu esperaba ser liberado por la Securitate
El dictador rumano, Nicolae Ceaucescu, tenía una emisora en su reloj gracias a la cual esperaba ser localizado y liberado por un comando de su policía política, la Securitate. Su continua gesticulación con el brazo izquierdo durante el juicio con objeto de mover el dispositivo emisor de señales hizo sospechar al tribunal, que descubrió el aparato, según supo ayer EL PAÍS. Por otro lado, el Gobierno celebró ayer su primera reunión, y la situación empieza a normalizarse, aunque se temen actos terroristas coincidiendo con las fiestas de fin de año.
Cuando las autoridades militares descubrieron el aparato emisor en la muñeca del dictador detenido aceleraron su ejecución y la de su mujer, ante el temor de que los securistas hubieran localizado su paradero en un cuartel en la ciudad de Tirgoviste. El Ejército no se consideraba capaz de garantizar su transporte a Bucarest y temía un ataque tanto por tierra como por aire.Ceaucescu fue detenido en Tirgoviste tras ser engañado por un grupo de ciudadanos que al reconocerle le aseguraron que le protegerían a él y a su mujer Elena. Pero lo que hicieron fue entregarle de inmediato a las fuerzas armadas.
Su intento de huir primero con un helicóptero y después con un automóvil marca Dacia le llevó primero a una fábrica donde esperaba protección y se encontró a toda la plantilla en huelga. Después, intentó refugiarse en la sede del comité central en esta ciudad, pero ya se hallaba ocupado por las masas.
Según informaciones no confirmadas ayer, el hijo del dictador, Nicu, tristemente célebre por su despotismo y abusos de poder, sufrió un atentado o intentó suicidarse cuando salía del edificio de la televisión adonde había sido llevado para demostrar su detención. Según estas informaciones, Nicu fue ingresado en un hospital de la capital con una herida de arma blanca en el estómago. No se sabe si intentó suicidarse, como Marin Ceaucescu, el hermano del dictador, muerto en Viena, o si fue agredido por alguien. Se encuentra ya fuera de peligro y tendrá que responsabilizarse ante un tribunal de sus actos en los últimos veinte años de dictadura.
El Gobierno rumano celebró ayer su primera reunión regular, un sábado tranquilo en el que sólo se oyeron disparos muy aislados en la capital.
No obstante, el Ejército y la milicia popular, que controlan el país entero, estarán en estado de alerta ante este último día del año en el que se esperan acciones terroristas de los securistas. Algunas concentraciones para celebrar la llegada del primer año en libertad tras 42 de dictadura comunista han sido, al parecer, suspendidas por miedo a atentados y provocaciones.
Disensiones internas
Mientras tanto, en el Consejo de Salvación Nacional han comenzado las disensiones. Mientras Iliescu, el hombre de Moscú en el Consejo, parece interesado en reactivar el partido comunista y salvar su infraestructura, comienzan a aparecer las primeras tendencias dentro del Ejército encaminadas a mantener un poder que se ha conseguido en la lucha con el pueblo contra el régimen del dictador y su aparato represivo.
Las posibilidades de los partidos para reestructurarse de aquí hasta abril son escasas y el nombramiento de un militar como ministro de economía nacional es ya un hecho significativo para muchos observadores.
Una delegación de la Comunidad Europea (CE), presidida por Francia, partió ayer de Bucarest tras estudiar con las autoridades rumanas las ayudas inmediatas y a medio plazo que el país requiere. Las necesidades en medicamentos están prácticamente cubiertas por los continuos envíos a Rumanía que han llegado como resultado de una impresionante solidaridad que ha despertado la sangrienta revolución.
No obstante, para los próximos seis meses, el país tiene especial escasez en carne, productos lácteos, cítricos y otros alimentos vitamínicos. Existe gran preocupación también por la falta de forraje y piensos para la producción cárnica interior.
Tras años de aislamiento en el continente, Rumanía contará además con asesoramiento de la CE en la reestructuración industrial y económica. Por el momento, el nuevo Gobierno ha informado que no habrá cambios en el sistema de propiedad en la agricultura y que no puede plantearse la convertibilidad de la moneda nacional ni la libertad de precios.
La próxima constitución será aprobada por votación libre y secreta de todos los cargos de la nación, desde el Gobierno hasta los responsables locales, y será publicada en febrero. Sin embargo, elementos importantes de la lucha contra el régimen de Ceaucescu han indicado que las viejas estructuras todavía están vigentes y que muchos de aquellos que hace pocas semanas hablaban en nombre del ejecutado Nicolae Ceaucescu ahora hablan de democracia, según Ian Matei, uno de los más destacados activistas políticos.
Los periódicos y la radio y televisión están todavía en manos de miembros del partido comunista. "Actualmente", dijo Matel, "el partido ha cesado políticamente en sus funciones, pero todavía funciona la totalidad de su estructura de personal".
Comité ejecutivo
Por otra parte, ayer quedó constituido el comité ejecutivo del Frente de Salvación Nacional, presidido por Ion Iliescu y los dos vicepresidentes, Nicolae Mazilou y Karoly Kiraly, miembro de la minoría húngara y desde hace anos gravemente represaliado bajo el régimen de Ceaucescu.
El Gobierno ha decretado la suspensión de toda exportación de alimentos, que bajo Ceaucescu había provocado una terrible escasez y hambre física en este país de gran riqueza agrícola. Ayer, la Prensa internacional pudo visitar el Palacio de la República, un edificio de dimensiones monstruosas y un lujo deslumbrante en su interior, último gran capricho de Ceuacescu.
Para su contrucción y la de la gran avenida de la Victoria, que se extiende ante el mismo, el dictador mandó destruir una gran parte del Bucarest antiguo, desalojando a cerca de cien mil personas hacia el extrarradio. Más de cincuenta grúas sobre el centro de la ciudad simbolizan hoy la demencia de los planes faraónicos de Ceaucescu, que han causado un daño ya irreparable.
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