Cuatro de los cinco miembros del CSN trabajaron para empresas eléctricas
Cuatro de los cinco miembros del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), los hombres que tienen en sus manos el futuro de la central nuclear Vandellòs 1, han estado vinculados en el pasado a diversas empresas eléctricas y organismos nucleares. Esta circunstancia puede comprometer, según diversas fuentes, el informe final que el organismo supervisor de la energía atómica emita sobre la central accidentada el pasado 19 de octubre. Los miembros del pleno del CSN son designados por el Gobierno por un plazo de seis años y después pueden permanecer vinculados a la Administración o incorporarse a las empresas eléctricas, que pagan sueldos mucho más elevados que aquélla.
El Consejo de Seguridad Nuclear es un organismo independiente de carácter consultivo, cuyos informes son vinculantes para el Ministerio de Industria y Energía en el caso de que sean negativos. Por el momento, las diversas administraciones con competencias en materias de seguridad nuclear han descartado que el CSN determine el cierre de Vandellòs 1, aunque existe una corriente de opinión en el seno del citado organismo favorable a impedir la reapertura mediante la imposición de unas amplias reformas en la central que hagan desistir a las empresas propietarias de la misma, el grupo Hifrensa, de reanudar la producción eléctrica.De los cinco consejeros del CSN, sólo el presidente, Donato Fuejo, es partidario de defender este trato riguroso y exigir la multiplicación de las medidas de seguridad. Fuejo es el único de los miembros con poder decisorio en el CSN que no ha estado vinculado con anterioridad a las empresas eléctricas, motivo por el que, según los defensores de la postura del presidente, éste ha recibido numerosas críticas desde que se produjo el accidente de Vandellós 1.
Donato Fuejo es un médico de 63 años, militante del PSOE, que fue diputado por Madrid en el Congreso en la legislatura correspondiente a 1977-1982. Antes de entrar a formar parte del pleno del CSN, Fuejo había estado vinculado exclusivamente a la medicina.
Voto de calidad
Durante la redacción del informe preliminar sobre el accidente de Vandellòs 1, el presidente ya amenazó con utilizar su voto de calidad ante la insistencia de otros consejeros que intentaban minimizar el alcance del incidente ocurrido en la central tarraconense.El texto finalmente aprobado incluía una redacción de compromiso entre las partes que dejaba abierta la posibilidad de endurecer o suavizar las posiciones en el informe definitivo en función del debate interno que en estos momentos se está desarrollando.
Los otros cuatro consejeros, Fabio Sarmiento, Eduardo González, Luis Echavarri y Rafael Caro, han trabajado con anterioridad para empresas eléctricas propietarias de plantas atómicas. Luis Echavarri, de 40 años, es un ingeniero industrial que entre 1975 y 1985 trabajó en Westinghouse Nuclear Española, una delegación de una de las más importantes compañías internacionales especializadas en la energía atómica.
Westinghouse fabrica reactores nucleares y turbogrupos generadores, algunos de los cuales han sido instalados en España. Echavarri fue también con anterioridad director de los proyectos de construcción de las centrales de Almaraz, Lemóniz y Sayago -estas dos últimas paralizadas- Echavarri medió entre el Gobierno Civil y los alcaldes del entorno de Vandellòs, cuando éstos se oponían a su apertura.
Fabio Sarmiento, de 46 años, es un ingeniero industrial y licenciado en informática que ha desempeñado diversos trabajos técnicos en Hidroeléctrica de Cataluña, Sperri Rand Española y Enher. Entre 1983 y 1985 fue director de Aseléctrica, empresa responsable hasta 1985 de la red de alta tensión española y que fue nacionalizada en esa fecha. Sarmiento actuó como presidente de la comisión negociadora que estudió y llevó a término la citada nacionalización y como director general de la nueva empresa pública Red Eléctrica (Redesa).
Lemóniz
Eduardo González, de 41 años y militante del PSOE, ha sido responsable del departamento de garantía de calidad durante la construcción de la central nuclear de Lemóniz, primero a cargo de la empresa Tecnos, SA, y después en Iberduero, compañía en la que finalmente trabajó de 1980 a 1983 como jefe de dicho departamento.Rafael Caro, de 54 años, ha estado vinculado a la energía atómica desde 1956, cuando ingresó en la antigua Junta de Energía Nuclear. Desde entonces este consejero ha participado en diversos comités internacionales, científicos y técnicos.
Caro ha colaborado con los homólogos del Consejo de Seguridad Nuclear en Francia y en el Reino Unido y ha trabajado también en el Atomic Power Department Westinghouse, la empresa a la que también estuvo vinculado Echavarri.
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