Las caras de la policía
La publicación de una foto en la que un policía separa al dirigente de Herri Batasuna Jon Idígoras de un grupo de policías que le agredieron el pasado jueves en Bilbao ha provocado la queja de algunos lectores. La protesta se basa en que EL PAÍS no ocultó con una banda negra el rostro del policía como hizo la agencia Efe, cuya fotografía fue publicada por el resto de los diarios de Madrid.Una lectora indicó que el diario "incurre en una grave responsabilidad" al poner en peligro la vida de policías que prestan su servicio en el País Vasco y que son blanco de los atentados terroristas. Según esta lectora, estas fotografías facilitan la labor de los terroristas a la hora de localizar e identificar a sus víctimas.
El caso concreto que plantea la lectora no tiene discusión, ya que se trataba de una manifestación pública de policías, encabezada por sus dirigentes. En un caso así es difícilmente justificable solicitar de los medios de comunicación que protejan la identidad de los manifestantes.
Sin embargo, en determinados medios de la Prensa en España se ha adoptado la costumbre de tapar los ojos de los policías fotografiados en acto de servicio, sobre todo en operaciones relacionadas con el terrorismo. Esta práctica no es usual en la Prensa de otros países europeos, incluido el Reino Unido, donde existe también un problema de terrorismo y donde son frecuentes los reportajes gráficos sobre las fuerzas de seguridad que operan en Irlanda del Norte.
El diario EL PAÍS no tiene ninguna norma escrita sobre el criterio para estos casos, aunque publica las fotografías de Efe en las que habitualmente se tapan los ojos de los policías en acto de servicio.
El redactor jefe de edición, Alex Grijelmo, defiende la publicación de la fotografía sin retoques: "Antes que retocar una foto, es mejor no publicarla. No obstante, si no se quisiera reflejar la cara de alguien lo mejor sería buscar una copia en la que no apareciese de frente. Entiendo que este último recurso se utilice cuando se trata de preservar la intimidad o la imagen de alguna persona. Pero el caso de los policías en acto de servicio no es una actuación privada o íntima. Todo lo que ocurre en la calle es público. Y, por otro lado, me parece muy discutible que aumente el peligro de un policía por el hecho de que aparezca su foto en los periódicos".
El ombudsman considera que la información gráfica debe atenerse a las mismas normas que la información escrita. Es, decir, que no se puede esgrimir el derecho a la privacidad en el ejercicio de la función pública salvo que medie grave riesgo para la vida de las personas.
Los lectores pueden ponerse en contacto directo con el ombudsman llamando al teléfono 754 45 53 de Madrid, de lunes a viernes.
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