"Atame' equivale a 'te quiero", dice Almodovar de su última película
El filme, un melodrama sobre el 'síndrome de Estocolmo', se estrenará en enero
"Mucha gente esperaba que se estrellase, pero no, no se la va a pegar" dijo la directora de cine Pilar Miró después de ver Átame, la última película de Pedro Almodóvar. El cineasta organizó ayer en Madrid una proyección privada que se convirtié, en un acto social matutino plagado de famosos. La opinión mayoritaria tras; el pase fue que Almodóvar mantiene firmes la creatividad e imaginación desbordantes de sus películas anteriores. "Átame equivale a te quiero", dice el director manchego sobre esta tormentosa historia en la que un desequilibrado rapta a una actriz de cine porno heroinómana.
"Espero que tenga el mismo éxito que Mujeres al borde de un ataque de nervios", dice Almodóvar. "Son películas tan distintas que no son comparables, aunque creo que a mí se me reconoce". "He retomado", añade irónicamente, "temas de anteriores películas con una gran madurez".Esos temas son: Ia fraternidad, la familia, el tono social de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? el hecho de que los personajes principales sean unos marginados por los que nadie daría un duro, las drogas, el musical, mi preocupación por lo que significa el proceso creativo y el utillaje que rodea al cine, los decorados... Y una historia. de amor de las de verdad, hecha sin pudor y en la que se habla sin pudor de la necesidad que todos tenemos de que alguien nos quiera. Atame equivale a te quiero, con todo lo que ello conlleva, toda esa parte de las relaciones que no estamos dispuestos a aceptar pero que aceptamos porque no queremos ni podemos vivir sin amor".
Junto a esta declaración de principios teóricos, la película ofrece otro tipo de referencias plenamente almodovarianas: los cuadros del Sagrado Corazón de Jesús se mezclan con sábanas de Sybilla; María Barranco, en su papel de psicóloga de heroinómanos, le dice a Victoria Abril, en su papel de ex actriz de porno colgada, que es "una drogadicta nata"; Rossi de Palma, violenta, dura y montada en una vespa, es, según ella misma deline a su. personaje, "una camella destroyer"; los decorados cutres se compaginan con imágenes del diseño más vanguardista; miembros de la familia de Almodóvar aparecen en breves papeles: su inadre bailando junto a su níeta real, en una canción interpretada eróticamente por Loles León, su hermano y productor de la película, Tinín Almodóvar, expendiendo esparadrapo en una farmacia...
Antonio Banderas y Victoria Abril, intérpretes principales, coinciden por separado al referirse a la piel. "Fueron tres meses tan fuertes de rodaje", dice él, "en los que nos hemos dejado la piel, que ver ahora la película, tan perfectamente engarzada, me emociona mucho". "Estoy que no me lo creo", dice ella, "corno después de un hartazgo de chocolate sin leche del mejor. La experiencia ha sido increíble, y después de ver la película ya no me acuerdo de los chichones ni de las cuerdas y las ataduras, porque aquí m i primo [Almodóvar], es muy exigente, pero luego siempre tiene: razón. Nos hemos dejado la piel pero merecía la pena".
La mujer tóxica
Cuando estaba escribiendo el guión, Pedro Almodóvar dijo que la película se llamaría Toxy-Lady, o sea, La mujer tóxica. Luego cambió de idea, pero el resumen argumental que hizo entonces, en septiembre de 1988, sigue sirviendo: "Es la narración de un amor salvaje entre una joven y deteriorada actriz porno que ha caído en todas las trampas de la gran ciudad y un psicópata que sale del psiquiátrico y la rapta porque está convencido de que cuando ella lo conozca íntimamente, bajo los efectos del síndrome de Estocolmo, se enamorará perdidamente de él".
La incógnita es si esa historia de amor cuaja o si está abocada al fracaso. La fecha del estreno es el 22 de enero.
Junto a los dos principales intérpretes, destacan Loles León y Francisco Rabal, éste en el papel de un director de cine próximo a morir, que conduce con gran habilidad una silla de ruedas eléctrica. Es un homenaje castizo y divertido a John Huston. Dice Paco Rabal: "Me he reído y me he emocionado; está llena de pasión y de hallazgos, de cosas nuevas e ingeniosas". Entre los asistentes a la proyección de ayer se encontraban, además del equipo de rodaje, Elena Benarroch, Imanol Uribe, Alvarado y Manolo Díaz. También Antonio Muñoz Molina, Premio Nacional de Literatura, que dijo de Átame."Es maravillosa, tanto en la construcción del melodrama, en el sentido más noble de la palabra, como en el retrato de las pasiones, reflejadas con un realismo que busca las raíces de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. El camino vital que dibuja en un papel el personaje de Antonio Banderas es un retrato perfecto de lo que ha sido y es este país. Estoy emocionado. Es una lección de cine y de moral, de cómo un artista se compromete con su realidad y cuenta el mundo".
El diseñador de moda Pepe Rubio se refiere a la imagen de la película: "Tiene una estética fantástica, llena de continuas sorpresas. Y respecto al tema, no carece del humor de Almodóvar, pero con un cambio de enfoque. No soy un crítico y no quiero j uzgar la película sino desde mi intuición. Y ha sido un placer".
En Atame, el personaje de Antonio Banderas es un huérfano que se ha pasado la vida entre orfanatos y frenopáticos. "Para alguien como él", dice Almodóvar, "que no tiene absolutamente nada que ganar o perder, a quien sólo su cuerpo le pertenece, el mundo de la familia, del matrimonio, de los hijos y de las tarjetas de crédito es un sueno, significa un respiro. Por eso, no creo en absoluto que la película defienda esos valores, porque se acerca a ellos con ironía y de una forma corrosiva".
En este sentido, opina igual la actriz Bibi Andersen, para quien la película "es una de las mejores historias de amor de las que he visto últimamente, por ese sentido simbólico que tiene el título Atame en lo que se refiere a la vida en pareja, y por las circunstancias del personaje de Banderas. Él cree que lo normal es lo convencional, porque nunca ha tenido acceso a ese círculo. La película habla en el fondo de que la vida es ambigua, de que las cosas nunca se pueden reducir a esquemas y de que las circunstancias no son claras jamás".
Babelia
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