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Las italianas, indignadas por las duras críticas de una cardenal

Juan Arias

Las italianas, desde las católicas a las feministas de ultraizquierda, se han mostrado indignadas por las duras críticas hacia la mujer formuladas por el cardenal arzobispo de Bolonia, Giacomo Biffi, y le han calificado de "escandaloso, reaccionario, ofensivo, vulgar, insultante, delirante, injusto, indigno y provocador". Biffi afirmó en una homilía con motivo de la fiesta de la Inmaculada que hoy en día la mujer es "sustancialmente escuálida, no sabe ser ni virgen ni madre y no quiere ser ya fuente de vida, sino colaboradora de la muerte".

La ira de las mujeres italianas, que se han sentido ofendidas, ha caído sobre el cardenal de Bolonia, que es amigo personal del papa Wejtyla. Las feministas italianas ya han anunciado que antes de Navidad realizarán una marcha de protesta hasta el palacio arzobispal.Alma Cappielo, responsable nacional de las mujeres socialistas, ha afirmado: "El cardenal ha dicho cosas gravísimas, fuera de toda lógica, incluso la más integrista. Ha querido atacar a todas las mujeres condenando el principio de autodeterminación de las mismas". Y ha añadido: "Espero sólo que el delirio del cardenal, nuevo Lefebvre italiano, no responda a la posición de la Iglesia católica, sino exclusivamente a la suya".

El cardenal ha sido defendido únicamente por Roberto Formigone, del movimiento integrista Comunión y Liberación, que ha afirmado: "El cardenal ha condenado sólo un tipo de mujer: ese ser femenino infeliz, fruto del individualismo y del subjetivismo. El cardenal Biffi contrapone a esta figura de mujer la propuesta cristiana: hombres y mujeres que se sienten gloriosamente dependientes de un otro, seres acabados y no infinitos". Las mujeres de Democracia Proletaria, partido que celebra estos días su congreso nacional, han respondido con gran dureza, calificando de "delirio" las palabras del arzobispo de Bolonia. "Los tonos del cardenal, afirma un comunicado de las mujeres demoproletarias, "son escandalosos y ofensivos, pero no nos maravillan. La Iglesia tiene que encontrar cada vez una cabeza de turco para las cosas que no funcionan. Lo hizo primero con los judíos, y hoy lo hace con las mujeres. Se da cuenta de que está perdiendo el planeta femenino y reacciona con un lenguaje síntoma de debilidad y de miedo".

Por su parte, la premio Nobel de medicina Rita Levi Montalcino, interrogada sobre las afirmacions del cardenal, ha respondido: "Yo quiero sólo reafirmar mi fe profunda en las mujeres y en sus cualidades éticas e intelectuales, que considero al mismo nivel de las de sus compañeros de sexo masculino".

'Nostalgias de inquisición'

La asociación de las Jóvenes Socialistas, por boca de su responsable, Laura Castelletti, se ha preguntado con ironía: "No sabemos qué tipo femenino es el que frecuenta el cardenal Biffi para calificar a las mujeres de escuálidas. Haría mejor si empleara su tiempo preocupándose de tantas situaciones de dolor y de desazón del mundo femenino".La periodista y escritora Natalia Aspesi, con un artículo de fondo titulado ¡Cuántas nostalgias de inquisición!, escribió ayer en La Repubblica que el cardenal tiene todo el derecho de decir lo que le parezca contra las mujeres, porque estamos en una democracia, pero que lo mejor, por parte de las feministas, sería "no hacerle caso ni responderle".

Aspesi añadió en su columna: "Maravillarse de las palabras del cardenal, ofenderse por ellas, es más bien una reacción anticuada", ya que las mujeres, incluidas las católicas, desde hace tiempo, en materia de sexualidad, "desobedecen al Papa tranquilamente sin sentirse por ello dignas de las llamas del maligno".

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