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Agujas y artemisa para el emperador

Zhang Daqian, experto en acupuntura, apuesta por el hermanamiento de los saberes médicos

Ana Alfageme

"Aunque las ciencias médicas china y occidental tienen un fondo diferente, el objetivo es el mismo. Tarde o temprano se entenderán", asegura Zhang Daqian. El se sirve de las dos. Cinco generaciones de médicos le preceden -uno de sus antepasados atendió a Pu Yí, el último emperador de China-, y ya era un experto con las agujas en la adolescencia. Con 43 años, es el único médico considerado este año por su país como científico excelente. Dirige el Instituto de Estudios Avanzados de Acupuntura y Moxibustión de Tianjin.

A Librada, de 81 años, le están dejando como una imagen doliente de esas que se ven en las iglesias: Daquian le coloca agujas en la cara interna de las muñecas -"es uno de los puntos esenciales del cuerpo, en la acupuntura"-, en la región externa de la piernas y otra más entre las mamas. Su ayudante, Xu -director de la clínica madrileña que ha invitado al experto- introduce dos varillas más en los empeines.La anciana, que permanece quietecita, mirando al techo, padece un dolor en el tórax, -"neuralgia costal", dictamina el especialista. "Ha probado muchas cosas y no le ha ido muy bien", dice Xu-. Daquin pone cara de concentración mientras hace girar las agujas: "Estoy estimulando los puntos", explica. Toma una barrita blanca ilustrada con inscripciones chinas, quemada en uno de sus extremos, el que coloca encima de las agujas. "Es la moxa, que contiene hierba china -principalmente artemisa- para calentar los puntos. Regula la circulación de la energía de los meridianos y de las colaterales". Se trata de la denominada moxibustión. Explican que hay más formas de aplicación: directamente en uno de los 365 puntos básicos o de otros 700 más o a través de un poquito de jengibre, ajo o una pizca de sal que se deposita sobre la piel.

"¿Puedo hablar?", dice ella, que no se atreve. "No se ponga nerviosa", le advierten. Y la dejan así durante 25 minutos. "Para su dolencia, unas pocas sesiones bastarán".

Diagnóstico occidental

En el instituto que dirige Daqian hay un hospital anexo de 350 camas que cuenta con todos los medios de diagnóstico occidentales -TAC, radiología- que se utilizan bastante para establecer la dolencia del afectado. Él recibe sólamenta a los pacientes más graves, y está especializado en enfermedades nerviosas y además, en las dolencias que, según dice, tienen una incidencia gravísima en su continente. "En Asia, la primera causa de muerte es la enfermead cerebrovascular, causada por la obstrucción de los vasos del cerebro. Es una dolencia que la medicina occidental no tiene forma eficaz de atajar. Mediante acupuntura, se consigue la curación del 62% de los pacientes. El 99% de ellos mejora. La acupuntura consigue la ampliación de otros vasos sanguíneos para sortear la arteria que está obstruida por un trombo. En el caso de la trombosis de la arteria frontal, se produce casi un milagro, ya que el enfermo no puede moverse cuando entra y se marcha por su propio pie", explica Daquian, con aire doctoral. Cita resultados buenos en enfermedades del bulbo raquídeo o en ciertas formas de epilepsia. La medicina china es eficaz también para el manejo del SIDA y el cáncer, ya que en los dos casos alarga la vida del enfermo, "por el fórtalecimiento de su capacidad defensiva frente a la enfermedad".

Sin efectos secundarios

La medicina tradicional china. utiliza la acupuntura, la rrioxibustión y las hierbas medicinales. La acupuntura "es barata y no posee efectos secundarios". "Toda ciencia tiene limitaciones", mantiene Daqian, y las de la medicina china son el tratamiento de las leucemias y otros trastornos de la médula ósea.Reconoce que en acupuntura hay, entre España y otros países, una cierta distancia, por el número de especialistas y su nivel. El es el secretario general del Comité Internacional de Evaluación del grado de Doctor en Acupuntura y Moxibustión, reconocido por la Organización Mundial de la Salud y su instituto ha formado 120 médicos occidentales. Pretende implantar un centro de formación en España supervisado por su institución, similar a las que existen en Suiza, Corea del Sur y la Unión Soviética.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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