Los motivos de la Moncloa
I. C., El empeño del jefe del Gobierno, Felipe González, en consolidar la construcción comuriltarla obedece a dos motivos. Las reformas en el Este, afirmó hace un mes en Budapest al evocar la primera razón, "son un estímulo para acelerar el proceso de unidad institucional comunitaria, y eso facilitará una relación más estrecha con todos los países de Europa que no forman parte de la Comunidad Europea".
"El mérito de lo que sucede en el Este", enlaza Pedro Solbes, secretario de Estado para la Comunidad Europea". "es en parte achacable a la atracción que ejercen los doce, así es que hay que seguir adelante".
La segunda razón, nunca reconocida públicamente, es más egoísta. Para no quedar margínada, España no sólo debe tratar de que la construcción europea no se detenga, para facilitar la incorporación de las incipientes democracias orientales, sino que tiene que formar parte del núcleo restringido de los países que la impulsan. "Hay que estar en el centro del meollo para no quedarse de lado", comenta un diplomático, que prefiere mantenerse en el anonimato.
Interés
Este convencimiento explica en parte el interés por el Este de un presidente que, al fin y al cabo, encabeza el Gobierno en un país alejado geográficamente de Europa oriental, donde apenas posee intereses económicos. La ambición personal de Felipe González por ocupar algún día un puesto de prestigio, como podría ser la Presidencia de la Internacional Socialista, sería otra de las causas del interés del jefe del Ejecutivo.
Fortalecer la Comunidad Europea, matiza Pedro Solbes, "no excluye, ni mucho menos, que aquellos que en Centroeuropa optan por la democracia puedan beneficiarse no sólo de programas de educación e investigación de la Comunidad, sino que somos partidarios de que puedan participar en algunas políticas de acompañamiento del Acta Única".
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