La historia va deprisa

El canciller es Kohl, no Bismarck, y nadie en Alemania está proponiendo una nueva Conferencia de Múnich para unificar los Estados alemanes. Pero ningún poder externo puede hacer retroceder la historia ni ordenar un nuevo Congreso de Viena para imponer límites a la unificación política de Alemania. El fondo del mensaje de Kohl ha sido que los alemanes no serán obligados por falsas sonrisas foráneas a considerar el mecanismo de una nueva relación entre el Este y el Oeste. La reunificación como tal, dijo con su mejor talante europeo, es un tema complejo, a largo plazo" que sólo puede resolverse en un contexto europeo. Pero, como buen alemán, añadió que ésta llegará finalmente si el pueblo alemán así lo quiere. (...)Lo que el pueblo alemán quiere ahora es increíblemente confuso, pero parece probable que se someta a la misma ley de cambios exponenciales que ha acelerado este año el reloj de Europa.

La mayoría de los alemanes orientales todavía prefiere un sistema social que evite un empujón de Occidente. Pero una creciente mayoría también cree que sólo hay una Alemania y que ambos Estados deberían aproximarse mucho más. La fórmula de Kohl sobre una confederación no está lejos de la posición del primer ministro de Alemania Oriental, Hans Modrow. Si sus estructuras confederativas pueden cubrir toda la amplitud de los temas concebidos, se podría llegar a una unidad de hecho sin retocar un solo tratado.

, 30 de noviembre