La torre de Pisa será cerrada al público
La preciosa y legendaria torre de Pisa, del siglo XII, con su campanario de 54 metros, su inclinación récord en los monumentos del mundo y con un peso de 14.000 toneladas, va a ser cerrada al público, en una polémica decisión que ha cogido desprevenido a todo el mundo. Lo ha decidido oficialmente el consejo superior del Ministerio de Obras Públicas, formado por 12 expertos. Falta sólo la decisión del ministro Giovanni Prandini y del primer ministro, Giulio Andreotti, sobre la fecha de cierre, que podría ser la semana próxima.
La noticia de que, tras tantas polémicas, se ha decidido a favor del cierre, ha dejado helados no sólo a los pisanos, sino, en realidad, a todos los italianos, porque la torre de Pisa, llamada también del Milagro, es como un símbolo de esta Italia, siempre en vilo, pero que siempre acaba salvándose. "Si en seis siglos no se ha caído, ¿por qué deberá caerse ahora?", decían ayer los habitantes de Pisa, quienes se han marchado con los turistas japoneses para subir otra vez la torre, "por si no pueden volver a hacerlo más".Hay quien pide una manifestación de toda la ciudad contra la decisión del Gobierno. Otros afirman que tiene que haber "gato encerrado", porque nadie sabe dar una explicación convincente sobre tal decisión, ya que desde hace 20 años la "situación es estable", según aseguran los catedráticos Geo Gari y Brunetto Palla, quienes, tres veces al año, tienen la obligación de controlar la situación de la famosa torre y su grado de inclinación. El alcalde de Pisa, Giacomino Granchi, que en estos días está en Chile con una delegación de la ciudad, espera aún que si no es posible evitar el cierre, que por lo menos empiecen en seguida los trabajos de restauración, para los que el Gobierno ha destinado 1.000 millones de pesetas, de modo que cuanto antes pueda de nuevo devolverse al público "el gusto del vértigo", la posibilidad de subir los 294 peldaños para desde lo alto contemplar los techos rojizos de la incomparable ciudad pisana. La gente asegura que se trata sólo de una venganza florentina, porque la torre es el símbolo de las raíces de la república independiente de Pisa. Y en la comisión que ha decidido el cierre "figuraba un florentino".
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