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Abrumadora derrota electoral del Gobiemo uruguayo

Las elecciones generales del domingo en Uruguay dieron un vuelco histórico con la derrota abrumadora del gubernamental Partido Colorado. El candidato del opositorPartido Nacional (Blanco), el ahogado de 48 años Luis Alberto Lacalle, asumirá la presidencia el 1 de marzo. El Frente Amplio, que agrupa al espectro izquierdista uruguayo, desde socialistas hasta tupamaros, consiguió, por vez primera en la historia del país, la alcaldía de Montevideo con Tabaré Vazquez, un médico de 49 años. Además de la democracia y la madurez cívica expresada en la celebraciones populares y en los gestos de los políticos, el domingo triunfaron las empresas serias de sondeos.

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La izquiérda tomó las calles

El sociólogo Luis Eduardo González, que dirige Equipos Consultores, es sordo y sólo entiende a sus interlocutores por la lectura de sus labios. Este singular personaje acertó plenamente en los pronósticos y dio una lección de solvencia intelectual. Los sondeos se habían convertido en blanco de los ataques de los colorados y su candidato Jorge Batle ante la derrota anunciada. Encuestas prefabricadas habían lanzado porcentajes con resultados contradictorios, en un intento desesperado para crear confusión a última hora.En el momento del cierre de los colegios electorales González dio una lección de seriedad cuando se negó a anticipar un resultado, porque, con un 20% de negativas a responder de los encuestados en la boca de la urna, no podía hacer proyecciones válidas.

Poco antes de las 23.00 del domingo (dos de la madrugada del lunes en España), el gurú González ya había computerizado las mesas representativas del universo electoral. Con su defectuosa vocalización, debida a su defecto físico, anunció que Lacalle sería el nuevo presidente y Vázquez el intendente de Montevideo. No había más que discutir, aunque los escrutinios oficiales avanzasen a paso de tortuga.

Tercera victoria 'blanca'

Por tercera vez en la historia de Uruguay, los blancos ganaron la presidencia. Por. primera vez un Frente que abarca desde la izquierda tradicional a la extre ma izquierda y los guerrilleros tupamaros reintegrados a la vida democrática, ganó la alcal día de Montevideo, donde vive el 48% de los habitantes de Uruguay. Las proyecciones no oficiales muestran que el lema del Partido Nacional (Blanco) con sus tres candidatos, sumó más de 700.000 votos, un 38% del electorado, y que Lacalle consiguió casi 370.000, que le dan la presidencia.

El Partido Colorado no llegó a 600.000 votos, un 31 %, y quedó a más de 100.000 votos por debajo de los blancos. El colorado más votado fue el ahogado de 62 años de edad Jorge Batlle, con algo más de 300.000 votos. Batlle sólo sacó algo más de 30.000 votos que otro compañero de lema, el colorado ultraderechista Jorge Pacheco, de 69 años.

El Frente Amplio, con su candidato único, el ex general Líber Seregni, de 72 años, consiguió más de 400.000 votos, que significan un 22%. El candidato de centro-izquierda, el senador Hugo Batalla, de 63 años, presentado ba o el lema Nuevo espacio, escisión del Frente Amplio, consiguió más de 150.000 votos, un 8%.

La batalla de Montevideo la ganó el Frente Amplio con 373.000 votos, un 34%, que, sumado al 11,5% del Nuevo espacio, pone de manifiesto la fuerza de la izquierda en la capital uruguaya. Los dos partidos tradicionales, blancos y colorados, empataron, con un 27% de votos cada uno, en Montevideo.

El nuevo presidente tendrá que contar con un alcalde de izquíerda en la capital y no tendrá mayoría propia en las cámaras legislativas. Lacalle ya había anunciado de antemano que, si ganaba la elección, formaría "un Gobierno de coalición de fuerzas políticas diversas, al servicio de un plan concreto". A partir del 1 de marzo, Lacalle tendrá que gobernar con una minoría parlamentaria y el previsible aguijoneo de la izquierda desde la alcaldía de Montevideo. Curiosamente, la escisión que sufrió el Frente Amplio, con la salida de los socialdemócratas y democristianos, que se agruparon bajo el lema Nuevo espacio, favoreció el triunfo por la alcaldía de Montevideo. El Nuevo espacio arrebató votos a los colorados y apenas afectó al Frente Amplio.

La derechización de los colorados, con un Batlle que presentaba un programa de derecha neoliberal y el ultraderechista Pacheco, dejó sin opción a los sectores progresistas del Partido Colorado, que escaparon probablemente hacia el Nuevo espacio de Batalla. Este problema no se le presentaba a Lacalle. Los blancos contaban con un candidato progresista, Carlos Julio Pereyra, de 67 años. En virtud de las perversidades de la ley de lemas, los más de 250.000 votos del progresista Pereyra se suman y dan la presidencia al neoliberal de derecha Lacalle.

El desgaste del ejercicio del poder durante la transición democrática; la falta de apoyo del presidente, Julio Sanguinetti; la arrogancia personal del candidato Batile y sus posturas sin concesiones, y la falta de un candidato atractivo con una oferta progresista dentro del lema colorado fueron los factores que llevaron al desastre al Partido Colorado.

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