Un lector insaciable

Pedro Sainz Rodríguez (1898-1986), escritor, político y académico, cuya obra literaria e historiográfica sería comparable en el siglo XX a la desarrollada por Menéndez Pelayo, ofrece en su obra póstuma, Historia de la crítica Literaria en Esepaña, una visión de los avances de la crítica en nuestro país. La obra fue presentada ayer en el Instituto de España, en un acto en el que intervinieron Antonio Garrigues y Díaz Cañabate, Darío Villanueva y Pedro Laín Entralgo. El libro, editado por Taurus, está prologado por Lázaro Carreter.

Historia de la crítica literaria en España corona una obra enteramente dedicada al estudio de la literatura española, especial mente su veta mística, con incursiones históricas y en muchos casos biográficas. Títulos como Introducción a la historia de la literatura mística en España (Premio Nacional de Literatura en 1927),, Menéndez Pelayo y la educación nacional (1938), Menéndez Pelayo y la mística española (1956), Téstimonios y recuerdos (1978), la Antología de la literatura espiritual española (1980) y su última obra publicada en vida, Visión de España (1986), son hitos en la historia de los estudios literarios espa ñoles.

Testamento intelectual

¿Cómo pudo hacer compatible una vida activísirna en lo político y a su vez en lo intelectual?". Con ésta interrogante inició Antonio Garrigues Walker su glosa de la figura de Pedro Sainz Rodríguez, a la vez que declaraba su amistad y admiración por el autor de Introducción a la historia de la literatura mística. "No soy yo, añadió, la persona adecuada para juzgar la obra póstuma que origina el presente acto. Historia de la crítica literaria en España, fue su testamento intelectual, por así decirlo, su última voluntad". Garrigues Walker, recordó con gratitud la labor de Pedro Sainz Rodríguez como director cultural de la Fundación Universitaria de la que él es presidente.Una grabación recordó unos instantes la voz y el talante de Pedro Sainz Rodríguez. Era una entrevista realizada por la escritora Monserrat Roig. En ella Sairiz Rodríguez afirmaba: "La única manera de vivir sin sentir la ausencia es tener una obra para realizar, yo quiero terminar la historia de la crítica literaria en España". Recordando a Marcelino Meriéndez y Pelayo, decia, "Fatalmente, estudiar la cultura española es tropezar inevitablemente con él, con su obra ingente".

Dario Villanueva, director de la colección de Teoría y Crítica en la que ha sido publicada Historia de la crítica literaria en España, realizó un pormenorizado recorrido por la elaboración y las tesis que en ella defiende Pedro Sainz Rodriguez. "La obra está regida por un principio argumental muy claro e incluso a su través se pueden adivinar algunas circunstancias de los días en que fue escrita, los años setenta. Saini Rodríguez propugna, en proximidad a Menéndez Pelayo, una fusión entre la crítica histórica y la crítica axiológica". El libro, continuó, "esta construido sobre la idea de que el genio literario español es poco inclinado a aceptar las reglas de la preceptiva literaria; idea que no resultaba antipática a Pedro Sairiz Rodríguez.

Glotón delibros

Pedro Lain Entralgo, en una brillante intervención, ajustó la obra a los cinco principios que para él definen la labor del crítico: Conocimento cabal de la historia, de la teoría, y de la técnica de la materia a criticar. Recta comprensión de la obra, en el sentido técnico, y talento para la comunicación eficaz de lo que se piensa y se dice; es decir, estilo literario. "El estilo de Pedro Sainz Rodríguez, es claro, sobrio y eficaz". A lo que auna "una capacidad de descenso a la anécdota iluminadora e incitante".

Concluyó con el análisis del capítulo de la obra dedicado a Menedez Pelayo, descubriendo, "como hace Sairiz Rodriguez", afirmó, "que no es una personalidad ni monolítica, ni rupturista, sino que sus cambios biográficos van ampliando su horizonte mental". Lain, calificó no sin emoción a Sairiz Rodríguez como "glotón de libros", pero, "glotón en el mismo sentido que una madre dice a su hijo que le va a comer a besos. Sólo desea integrarse en su ser, asumir hasta el último poro su significación. Así era Pedro Sainz Rodríguez un glotón de libros".