El nuevo Gobierno libanés recibe la confianza del precario Parlamento
La foto de familia quedó incompleta ayer cuando el nuevo Gobierno libanés celebró su primera reunión, en Chtura, todavía lejos de la que debiera ser su sede en Beirut. Ni los cristianos Georges Saade y Michel Sasin ni el shií Nabih Berri acudieron al hotel Park, convertido por las circunstancias en centro del país. Con la misma rapidez con que los parlamentarios eligieron presidente a Elías Harani el pasado viernes, el nuevo equipo de Selim Hoss presentó su programa de Gobierno y recibió el voto de confianza de los 43 diputados presentes, de los 72 supervivientes de los 99 elegidos en 1972.
"Este Gabinete es el de unión nacional, de acuerdo con el documento de reconciliación nacional de Taif, Constituye la base del programa ministerial, y el Gobierno se compromete a aplicarlo. No renunciaremos a ninguno de los medios que nos otorga la legalidad". Así resumió Hoss sus objetivos.
En media hora, los 43 diputados presentes en Chtura aprobaron por unanimidad el proyecto. Esta celeridad está valiendo a Haraui la acusación de "agente sirio" por parte de algunos medios que han visto en todo el proceso una simple mascarada.
En las actuales circunstancias de Líbano, cuyo degradación institucional ha tocado fondo, o se hace así, o no se hace. Baste recordar la fallida elección presidencial del año pasado, cuando tres intentos no fueron suficientes para encontrar un sucesor a Amin Gemayel.
Aquel fracaso abrió la puerta a un ejecutivo bicéfalo que ha ahondado aún más diferencias que separan a la población del país. Además, no hay que descartar que de haber dejado partir a los diputados presentes en Chtura, hubiera resultado casi imposible volver a reunir al mínimo de 36 que eran requeridos para el voto de confianza. La mayoría simple ha quedado reducida a este número al perder su condición de diputado Haraui.
Medidas de seguridad
Los diputados están bien en Chtura. El hotel Park dispone de 60 habitaciones y cada uno puede gozar de un poco de intimidad dentro de las enormes medidas de seguridad establecidas por el Ejército sitio con ayuda de contingentes libaneses. Esta protección no ha debido parecerle suficiente al nombrado ministro de Trabajo, Michel Sasin, quien se ha instalado en París sin aclarar si acepta o no el cargo.
En igual incógnita mantiene a la opinión pública el jefe del partido Kataeb (falange), Georges Saade, quien ha subordinado su decisión de entrar en el Gabinete a lo que decida su grupo. Ahora bien, no hay ningún signo de que éste tenga previsto adoptar una decisión en las próximas horas.
Tampoco acudió al Park el flamante titular de Recursos Hidráulicos, Energía Eléctrica, Habitat y Cooperativas Nabih Berri. El potencial superministro, que encabeza la milicia prosiria Amal (Esperanza), no ha explicado las razones de su incomparecencia. Algunos observadores han aducido sus diferencias con Hoss, que en el anterior Gobierno dificultaron el trabajo ministerial. Sin embargo, el druso Walid Yumblat, igualmente alineado con Berri en sus discusiones con el primer ministro, estuvo en Cbtura, a donde llegó procedente de Damasco.
Con o sin la cooperación de estos tres dirigentes, el nuevo Gabinete está dispuesto a llevar la batalla hasta el final. "Nos comprometemos a eliminar todas las secuelas de la guerra y sus consecuencias en los terrenos económico, social y humano", aseguró en la lectura de su programa Hoss, seguro de que sus ambiciones cuentan con el respaldo árabe e internacional. La confianza en ese mismo apoyo le permitió empeñarse en el compromiso de acabar con la ocupación israelí en el sur del país.
El muro contra el que chocan estas iniciativas sigue siendo el mismo: atrincherado en su bunker del palacio presidencial de Baabda, el general Michel Aoun, no reconoce a Haraui y su Gobierno, igual que rechazó al asesinado René Muawad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.