Alfredo Conde no considera deshonesto conceder ayudas para el estudio de su propia obra

El conselleiro de Cultura de la Xunta de Galicia, el escritor Alfredo Conde, afirma que no ha cometido "ninguna deshonestidad" al conceder una beca de medio millón de pesetas para un estudio sobre su propia obra literaria. Conde se siente objeto "de una manipulación para hacerme daño" y asegura desconocer los enfrentamientos suscitados en el seno de la comisión que decidió adjudicar la ayuda económica a la tesis doctoral La narrativa de Alfredo Conde.

La Consellería de Cultura de la Xunta acordó el pasado 29 de septiembre conceder dos becas de investigación por valor de medio millón de pesetas cada una a las tesis doctorales La narrativa de Alfredo Conde, de Carmen Estévez Vázquez, y La obra literaria de Carlos Casares, de Pedro Hernández Hernández, ambas dirigidas por la catedrática de Literatura de la Universidad Complutense Carmen Mejía Ruiz. Conde, premio Nacional de Literatura, está al frente de este departamento desde hace dos años y encabezará la candidatura del PSOE a las elecciones autonómicas del próximo 17 de diciembre por la provincia de Pontevedra. Por su parte, Casares dirige la editorial Galaxia, que ha publicado las obras más conocidas de Conde, galardonado con la principal distinción literaria española por su novela El grifón.La concesión de estas becas, que formaban parte de un conjunto de 56 ayudas a la investigación cultural por un valor total de 15 millones de pesetas, fue decidida por una comisión evaluadora compuesta por empleados de la Dirección General de Cultura.

La aprobación de las ayudas a los dos polémicos estudios provocó en su día un fuerte enfrentamiento entre los encargados de juzgar las solicitudes presentadas. Según pudo saber EL PAÍS, uno de los miembros de la comisión decidió abandonarla en disconformidad con los criterios adoptados por sus compañeros, que le presentaron para firmar un acta redactada previamente y supervisada por el director general de Cultura, Bonifacio Borreiros. El abandono de este integrante del tribunal fue cubierto sustituyéndolo por otro empleado de la Consellería.

Alfredo Conde asegura desconocer las deliberaciones de la comisión evaluadora "porque yo permanecí al margen y simplemente se me pasó para firmar un acta donde se especificaban las ayudas concedidas de acuerdo con sus propios criterios". El conselleiro reconoce que dudó en un primer momento al ver que entre los beneficiarios de las becas figuraba un estudio sobre su propia obra literaria, pero finalmente decidió aceptarlo "porque era, junto con el de Casares, el único trabajo sobre literatura gallega que optaba al concurso y creí sinceramente que no estaba cometiendo ninguna deshonestidad".

Concurso público

"Si yo fuese un canalla", razona Conde, "tendría procedimientos suficientes para conceder ayudas a quien me diese la gana sin pasar por el trámite de un concurso público, que se anunció incluso en el diario oficial de Galicia".Según el escritor, "yo no tengo culpa de que haya gente que se interese por mi obra para hacer una tesis doctoral. Ésta no va a ser la primera tesis, porque en estos momentos ya se están haciendo otras en las universidades de Nápoles y Aix-en-Provence (Francia) que se comenzaron a realizar antes de que yo fuese conselleiro. Mi obra ha recibido numerosos premios y por tanto no veo por qué no va a ser susceptible de que se hagan investigaciones sobre ella".

El conselleiro de Cultura atribuye la polémica suscitada a la "mala fe" de un colaborador suyo, que puso el asunto en conocimiento de los medios de comunicación "descontextualizando estas dos ayudas de las otras 54" entre las que se incluyen becas para estudios musicales, filosóficos y de artes plásticas. "Todo esto es una manipulación para hacerme daño, pero a mí no me gusta entrar en ese tipo de miserias y servidumbres humanas".

Conde ya había sido criticado en otras ocasiones por supuestos favoritismos en su gestión al frente del departamento de Cultura del Gobierno gallego. El conselleiro adjudicó hace varios meses el proyecto de remodelación de un local que albergará en La Coruña el Centro Gallego de Artes de la Imagen a su primo, el arquitecto Arturo Conde. El diseño del edificio provocó malestar en algunos altos cargos del departamento, ya que las obras llevan un considerable retraso y su presupuesto se ha encarecido.

Alfredo Conde mantiene que durante su mandato ha supervisado al menos 600 obras, algunas de mucha más envergadura "que la simple remodelación de una vivienda". Según el conselleiro, el Centro de Artes de la Imagen ha sido el único proyecto concedido a Arturo Conde, "un arquitecto de prestigio, que ha sido decano del Colegio gallego".

Oposiciones

"También se me acusó en una ocasión", concluye Conde, "de que una hermana mía aprobó unas oposiciones para la Consellería de Sanidad, cuando se trata de una mujer con un currículo impresionante y que tiene incluso reconocimientos internacionales".Las oposiciones que cita el conselleiro fueron criticadas por los sindicatos de funcionarios, que se negaron a participar en los tribunales tras observar presuntas irregularidades. En ellas obtuvieron plaza otros familiares directos de altos cargos de la Xunta.