Cientos de miles de personas exigen en las calles de Praga la dimisión de Jakes
Más de 200.000 personas se manifestaron ayer en Praga por sexto día consecutivo en demanda de la dimisión del líder del partido comunista, Milos Jakes, y de elecciones generales y libertades democráticas en Checoslovaquia. "Milos, esto se ha acabado", coreó la multitud por las calles de la capital, sin que hiciera acto de presencia la policía. La protesta popular alcanza ya a todas las capas de la sociedad checoslovaca.
El cardenal primado, Frantisek Tomasek, llamó al pueblo a Ievantarse contra la iniquidad que durante 40 años se ha cometido" contra la población. "Estamos seguros de que el desarrollo [del movimiento democrático] avanzará", declaró Tornasek a Edward Steen, de Ihe Indenpendent. Y agregó que no se repetiría la experiencia de 1968: "Estamos más maduros que antes, y más confiados", mientras el teléfono volvía a sonar en su despacho y llegaban mensajes de congratulación y aliento. Tomasek, de 90 años, es con frecuencia objeto de veneración. Algunos carteles pegados en las paredes de la ciudad dicen simplemente: "Cardenal Tomasek".El líder de laprimavera de Praga, Alexander Dubcek, por su parte, solicitó la dimisión de toda la cúpula comunista. El órgano oficial del partido, Rude Pravo, advertía ayer por boca de Milos Jakes y el jefe del partido en Praga, Miroslav Stepan, que el poder podría verse obligado a utilizar la violencia para restaurar el orden. Jakes había manifestado en una alocución televisada que existe el peligro de anarquia y advirtió que "existen ciertos límites que no se pueden transgredir".
El portavoz del principal grupo de la oposición, el Foro Cívico, advirtió ayer en una rueda de prensa que la "facción estalinista" del poder no ha descartado la idea de que podría resolver la situación por la fuerza. Rumores -persistentes pero no comprobados- señalan que han sido estacionados tanques en los suburbios de Praga, y que miembros del partido comunista podrían realizar una contramanifestación en la plaza de San Wenceslao, informa hoy Edward Lucas, de The Independent, desde la capital checoslovaca.
Mañana se abre un pleno del comité central del Partido Comunista de Checoslovaquia (PCCh) para tratar sobre la crisis. La oposición ha llamado a una huelga general en todo el país el próximo lunes para forzar la dimisión de la cúpula inmovilista y reformas inmediatas.
Se fortalecen los indicios de que el comité central podría decidir el relevo de Milos Jakes. El sucesor de éste en la jefatura del partido podría ser el primer ministro, Ladislav Adamec, que se reunió el martes con dirigentes de la oposición.
Adamec se distancia
Adamec se ha distanciado claramente de Jakes y ha asegurado a la oposición que no habrá una represión sangrienta de las manifestaciones populares. Entre los opositores que se entrevistaron con Adamec estaba el dramaturgo Vaclav Havel. La Prensa oficial rompió ayer totalmente con las versiones de Jakes sobre la situación del país y las protestas populares y confirmó el creciente aislamiento en el seno del aparato del máximo dirigente y sus colaboradores.
Mientras, en Moscú se produjo la primera condena inequívoca de la invasión de Checoslovaquia en 1968, que aplastó la primavera de Praga. Con enorme dureza, una carta abierta firmada por Danil Granin, ataca la invasión y a los normalizadores que Leonid Breznev aupó después al poder y cuyo máximo exponente es hoy Milos Jakes.
En un giro espectacular, toda la Prensa oficial con excepción del órgano del partido, Rude Pravo, condenó la durísirna intervención policial del viernes pasado. Los partidos del Frente Popular, hasta ahora sumisos al PCCh, se distanciaron ayer del partido en el poder.
Svobodne Slovo, el órgano del partido socialista, publicó ayer parte de la intervención del dramaturgo Vaclav Havel ante la concentración del martes. La radio y la televisión estatales emitieron por primera vez en directo declaraciones y entrevistas con los manifestantes.
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