La guerrilla salvadoreña ocupa un hotel en el que resisten agentes de E.E UU
ANTONIO CAÑOENVIADO ESPECIALLa guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) ocupó ayer un lujoso hotel de San Salvador, donde retuvo durante cerca de ocho horas al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el brasileño Joao Baena, y encontró resistencia por parte de ocho agentes de seguridad norteamericanos, fuertemente armados, que se negaron a entregarse. Al mismo tiempo, fuerzas rebeldes ocuparon distintas calles de la principal zona residencial de la capital, con lo que la burguesía salvadoreña conoció de cerca los efectos de la guerra por primera vez en 10 años.
En el momento de irrumpir en el hotel Sheraton, las unidades guerrilleras encontraron 78 huéspedes, aunque sólo los que estaban alojados en el edificio de las suites de lujo llegaron a estar en manos de los rebeldes. La mayoría fueron puestos en libertad a lo largo del día.
En la madrugada de hoy en España, Radio Venceremos anunció su disposición a entregar los restantes rehenes a la Embajada española. Este hecho fue confirmado por personal de la Embajada, que añadió que esperaba recibir unos 15 rehenes.
A punto de caer la hora del toque de queda, los ocho oficiales norteamericanos, aparentemente pertenecientes al grupo de asesores militares destinados en este país, se encontraban separados por 30 metros de las fuerzas del FMLN. Los agentes estaban armados con fusiles automáticos M-16 y lanzagranadas y habían advertido que sólo entregarían las armas y saldrían del hotel con protección de la Cruz Roja.
El jefe de los guerrilleros, Claudio Rabindranat, amenazó con matar a los norteamericanos si no entregaban las armas en las horas siguientes. Hasta entonces no se habían proditicido enfrentamientos entre guerrilleros y agentes.
El presidente Bush no excluía anoche la posibilidad de recurrir al uso de la fuerza para rescatar a los asesores militares norteamericanos; en poder de los rebeldes salvadoreflos, informa Carlos Mendo desde Washington. Pasa a la página 2
Liberado el secretario de la OEA, retenido por el FNLN
Viene de la primera páginaDespués de varias horas de combate, el Ejército salvadoreño accedió por la tarde al edificio principal del hotel Sheraton, de San Salvador, en cuyos alrededores se combatió intensamente durante todo el día, sin que las fuerzas armadas hubiesen conseguido avances sustantivos. El obispo Emil Stehle ha sido nombrado por la Iglesia católica para que inicie gestiones como mediador.
Según fuentes militares, los ascensores y otras partes del edificio del hotel Sheraton, tomado totalmente por la guerrilla, fueron minados por los rebeldes, que dijeron que pensaban liberar a los retenidos porque sucaptura "no era el objetivo de la operación".
El propio secretario de la OEA, Joao Baena, abandonó a primera hora de la noche el hotel, junto a los miembros de su escolta y otros diplomáticos. Cuando se produjo el asalto se encontraba en el último piso del edificio. Tras su salida declaró que convocará una reunión extraordinaria del consejo permanente de la OEA para analizar la situación en El Salvador.
Los accesos al hotel, en unade las zonas más lujosas de la capital, fueron también ocupados por fuerzas guerrilleras, que soportaron un intenso fuego de artillería desde helicópteros y desde tierra. En el mismo hotel, Baena Soares, que llegó el domingo a San Salvador en misión de buenos oficios para conseguir un cese del fuego, tenía previsto reunirse ayer con representantes políticos y de diferentes sectores salvadoreños.
Giro sorprendente
Unidades guerrilleras, en número indeterminado, habían instalado ayer posiciones de tiro en varias de las plantas de uno de los dos edificios del Sheraton, según pudieron confirmar varios empleados del hotel que abandonaron su trabajo entre las balas. El Ejército desplegó tanquetas, vehículos blindados, cañones y gran número de tropas en las proximidades, pero encontró una feroz resistencia.
Cuando casi todos daban ya por finalizada la batalla de San Salvador, esta tomó un giro brusco y sorprendente. Lo que, aparentemente, hizo el FMLN fue mover sus fuerzas hacia objetivos que diesen mucho más rendimiento.
Poco después de las cuatro de la mañana penetraron por el suroeste de San Salvador fuerzas guerrilleras provenientes, al parecer, de las laderas del volcán San Salvador, próximo a esta zona, o bien de los barrios de Mejicanos, Zacamil y otros desalojados en los últimos días por los guerrilleros.
Simultáneamente a la toma del Sheraton, las fuerzas rebeldes atacaron el Consejo Central de Elecciones y combatieron en torno a la residencia presidencial y de, al menos, dos embajadas, las de Israel y Honduras.
En poco tiempo los combatientes del FMLN se dispersaron por la mayor parte del barrio del Escalón, la zona más elegante de San Salvador, donde colocaron barricadas en varías calles, ocuparon casas e impidieron durante toda la mañana el acceso del Ejército, que tardó, incluso, varias horas en poder utilizar a su infantería.
Se puede afirmar que el FMLN sacó de repente la guerra de los barrios pobres, que han soportado ocho días de bombardeos con un alto costo de vidas humanas, y la llevó a los barrios ricos, donde las fuerzas armadas salvadoreñas van a pensarlo dos veces antes de utilizar medios de destrucción masiva. En las calles donde ayer se instaló la guerrilla se encuentra, por ejemplo, la casa del ministro de Educación y otras residencias de embajadores, empresarios y personalidades salvadoreñas, así como los restaurantes y las tiendas de lujo.
Golpe de efecto
Esto, además, de haber tomado por sorpresa a las fuerzas armadas salvadoreñas, supone un golpe de efecto que podría tener una gran influencia en el desarrollo de esta batalla por el control de San Salvador, que dura ya once días.
Los que tuvieron tiempo abandonaron ya en la mañana sus casas en busca de un lugar seguro, dejando las propiedades en manos de personal de seguridad y unas pocas empleadas domésticas que ayer se asomaban tímidamente a las puertas con sus impecables uniformes azules. La mayoría trataba de protegerse detrás de los altos muros de cemento que rodean casi todos los edificios del Escalón, insensibles a las peticiones de ayuda de algunos periodistas, envueltos en fuegos cruzados.
El Ejército envió a la zona al batallón Atlacatl, su mejor unidad de elite, que fue reforzado cinco horas después del inicio de los combates por el batallón Pantera de la policía nacional, que, después de haber pasado la noche combatiendo en Soyapango, uno de los últimos reductos guerrilleros en el norte, tomó posiciones a pocos metros de la estatua del Salvador del Mundo, el Cristo que, tan paradójicamente, da nombre a este país.
La gran mayoría de los habitantes de la capital había tratado de acercarse a sus lugares de trabajo, confiando en la tendencia a la normalidad que se vivía en los últimos días.
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