La Cultura del destierro
Un simposio analiza en Madrid el impacto del exilio español en América
"Con el exilio, España estuvo por primera vez presente de verdad en América", dice Nicolás Sánchez-Albornoz, profesor de Historia en la New York University y director del sImposio internacional El destierro español en América: un trasvase cultural, que comenzó ayer en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. y se clausurará el próximo sábado. El simposio ha sido organizado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), la Universidad Internacional Meriéndez Pelayo y la Comunidad de Madrid, con la colaboración de la comisión española del Quinto Centenario.
El ciclo de conferencias está dedicado principalmente al impacto cultural y científico que tuvo sobre los países latinoamericanos la llegada de decenas de miles de republicanos españoles tras la, guerra civil. Comparado con otros exilios, sobre todo, con la diáspora centroeuropea causada por el nazismo, Sánchez-Albornoz señala que "el español fue el más importante, pues llegó a transforrnar a los países de acogida, debido también al menor desarrollo y mayor receptividad de éstos".El historiador hace hincapié en el exilio como factor deslegitimador de la dictadura franquista, "de la existencia de otra España, alternativa cultural a la dictadura militar", y como causa del atraso de nuestro país durante decenios. "Casi todo el cuerpo universitario español se exiló. En la universidad de México hay claramente un antes y un después de la llegada de los españoles. Hasta entonces, España sólo había provisto a América de emigrantes. Involuntariamente, con los refugiados republicanos, España estuvo presente por primera vez de verdad en América".
Sánchez-Albornoz, huido a Francia en 1936 con su padre, el también historiador Claudio Sánchez-Albornoz, fugado en 1948 del Destacamento Penal de Cuelgamuros en el Valle de los Caídos en Madrid donde cumplía una condena de seis años por reorganizar la Federación Universitaria Española (FUE), y que 20 años más tarde abandonó la Argentina del dictador Onganía, recuerda las divisiones de los propios exiliados entre los desterrados en 1939 y los salidos durante el franquismo y entre la colonias de emigrantes y los refugiados políticos. "En la avenida de Mayo, en Buenos Aires, había dos cafés, el Ibérico y el Español, separados por una calle llarnada el Ebro y en la que había frecuentes peleas".
Aspectos por estudiar
El historiador considera que aún quedan aspectos del exilio español por estudiar como son el aporte empresarial ("los españoles contribuyeron en la creación de los altos hornos de México") y sindical ("las primeras huelgas en las plantaciones de azúcar de Santo Domingo fueron promovidas por comunistas españoles").En el simposio, en el que ayer se presentó un número monográfico de la revista Cuadernos Hispanoamericanos dedicado al tema, participan, entre otros, José Prat, presidente del Ateneo de Madrid; Claudio Guillén, catedrático de Literatura Comparada; el historiador Juan Marichal y los escritores Francisco Ayala y Manuel Andújar.
Cincuenta años después del comienzo de la tragedia para miles de españoles, Sánchez-Albornoz reflexiona: "No se gana nada con olvidar. Fue el exilio español más, grande pero no fue nuevo. España ha expulsado desde 1492 a toda opinión discrepante".
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