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El comisario Alvarez responsabiliza de los viajes y actividades de Amedo a sus jefes inmediatos

El ex jefe del gabinete de Operaciones Especiales de la Dirección de la Seguridad del Estado, el comisario Francisco Alvarez, confesó al juez en la investigación sobre los GÁL que la responsabilidad de los viajes y actividades de José Amedo Fouce, incluidos sus desplazamientos fuera de su región policial, correspondían directamente al jefe de la Brigada Regional de Información, según se desprende de sus declaraciones íntegras. Alvarez responsabiliza expresamente a Miguel Planchuelo e implícitamente a sus sucesores al frente de la Brigada de Información de Bilbao, que fueron los comisarios Antonio Rosinos, Julio Hierro Moset y Antonio Ruiz Coll.

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"Lo ha sabido por la Prensa"

Francisco Álvarez, presunto inculpado como organizador del intento de secuestro en Francia del etarra José María Larretxea Goñi, acusa expresamente a Miguel Planchuelo Herresánchez de la responsabilidad directa de las actividades de Amedo durante su paso como jefe de la Brigada Regional de Información hasta su nombramiento como jefe Superior de Policía de Bilbao en febrero de 1984.Posteriormente Álvarez responsabiliza implícitamente a los otros tres sucesores en el cargo como inmediatos superiores del policía encarcelado por los GAL.

Antonio Rosinos fue jefe directo de Amedo en Bilbao desde el 1 de marzo de 1984 hasta octubre de 1985, fecha en que fue sucedido por Julio Hierro Moset, quien ocupó este puesto hasta el 12 de julio de 1986 en que fue nombrado comisario jefe de San Sebastián. Seguidamente le sustituyó al frente de la Brigada de Información Antonio Ruiz Coll hasta mayo de 1987.

Los cuatro jefes directos de Amedo durante las actividades criminales de los GAL prestaron declaración en la Audiencia Nacional como presuntos inculpados y se negaron a declarar sobre los fondos reservados por órdenes del Gobierno.

El texto de la declaración de Álvarez dice literalmente a preguntas del juez que "desconocía lo que hiciera o dejara de hacer el señor Amedo, ya que éste dependía del jefe de la Brigada Regional de Información, que era el señor Planchuelo, y era a éste a quien le tenía que rendir cuentas, y en su caso pedirle las autorizaciones que fueran necesarias para cualquier tipo de misión que tuviera que hacer en el ámbito de la información. Incluso si tenía que salir fuera de la región, bastaba con la mera autorización del jefe de la brigada. Esta norma también se extendía al supuesto de que la salida, siempre en el ámbito de la información, fuera del territorio nacional, aunque no había norma preestablecida al respecto".

En este sentido Álvarez admite que los jefes superiores -primero él mismo y luego PIanchuelo- eran los responsables de autorizar los pagos para desplazamientos, las correspondientes dietas, confidentes, etcétera. Incluso precisa contundentemente a preguntas del juez.

"Preguntado", dice el texto

dé las referidas declaraciones, "!si cualquier gasto de importancia que se produjera en la Jefatura de Bilbao debía ser autorizado por el jefe superior, manifiesta que sí". En relación con los gastos reservados, Álvarez se negó a contestar siguiendo las órdenes de sus superiores procedentes del propio Gobierno.

Fondos reservados

El comisario Álvarez niega que entregara dinero alguno a Amedo aunque admite que era el jefe Superior de Policía de Bilbao quien debía autorizar las cantidades que necesitase el funcionario para pago de confidentes.

El director general de la Policía, José María Rodríguez Colorado, indicó que el viaje de Amedo a Lisboa, donde contrató a mercenarios que realizaron dos atentados de los GAL, fue pagado con los fondos reservados del Ministerio del Interior.

En relación con este caso concreto, la declaración recoge que "preguntado si durante el desempeño de su cargo como director del Gabinete de Operaciones Especiales tuvo alguna información de acción especial que se llevara a cabo en los primeros meses de 1986 en Portugal por funcionarios de policía españoles, manifiesta que desconoce todo lo relativo a este tema, ya que entre otras cosas no era el departamento del declarante quien debía autorizar estas cuestiones".

Álvarez responde que no se investigaron los GAL porque fueron hechos que ocurrieron fuera de España, aunque debía saber perfectamente por razón de sus sucesivos cargos que algunos de los integrantes de este grupo eran españoles y desde nuestro país preparaban y organizaban las actividades criminales que el grupo cometía en Francia.

También el ex jefe de Operaciones Especiales señala que en ninguna de sus visitas a Francia ni "a nivel oficial se recabó de la Policía francesa información sobre los GAL pues como ya he dicho antes los hechos acontecían en teritorio francés".

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