Kohl y Thatcher minimizan el futuro banco para el desarrollo del Este
La unidad de fachada o la "destacada homogeneidad", según la expresión del presidente François Mitterrand, mostrada por los doce en la cumbre informal del Elíseo celebrada el sábado no oculta algunas discrepancias de fondo entre los principales actores de la construcción europea. Mientras Mitterrand resaltaba el acuerdo para estudiar la constitución de un banco europeo para "modernizar y desarrollar" los países del Este, el canciller alemán, Helmut Kohl, y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, restaban importancia al proyecto.
En la conferencia de prensa que dio por separado en un hotel cercano al palacio del Elíseo, Kohl aseguró que la proposición francesa de un banco de inversiones fue sólo "brevemente evocada". "Vamos a estudiarla con benevolencia, y pasar la cuestión a las autoridades responsables", añadió.Thatcher se expresó en términos aún más reservados en la conferencia de prensa que concedió de madrugada en la Embajada británica a la que llegó a pie desde el Elíseo. Dijo que el banco era una propuesta "a largo plazo" y que existían otros canales, como la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), para ayudar al Este.
François Mitterrand afirmó, por el contrario, que los doce habían dado un mandato a la troika, integrada por Francia, España e Irlanda, para "pasar a limpio" el proyecto de banco antes del Consejo de Estrasburgo del 8 y 9 de diciembre próximo, con el que concluye la presidencia semestral francesa de la CE.
Ésta fue la decisión más destacada del consejo informal reunido durante tres horas en el Elíseo en la noche del sábado, que, pese a estas diferencias, puede considerarse un éxito que debe ser refrendado en Estrasburgo. La Comunidad Europea ofreció una generosa ayuda económica a los países del Este a cambio de que continúen las reformas democráticas con la celebración de elecciones "libres y secretas" y el respeto a los derechos humanos.
Otros acuerdos
Otras medidas que estudiará la troika son la creación de una fundación europea para formar directivos en el Este y la apertura a los países reformistas de los programas comunitarios sobre educación y formación como Erasmus o Lingua. Los doce estuvieron asimismo de acuerdo en permitir la entrada de Hungría o Polonia en el Consejo de Europa si continúan las reformas y, eventualmente, en el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT).
La democracia es una condición sine qua non para la ayuda, señaló Mitterrand, pero las discrepancias son patentes también a la hora de definir este régimen político. Al fijar las condiciones de la ayuda a la República Democrática Alemana (RDA), el canciller Kohl ha identificado democracia, entre otros requisitos, con economía de mercado, mientras que el presidente Mitterrand rechazó esa equiparación argumentando que la democracia puede ser liberal o socialista y que lo básico son las elecciones y el respeto de los derechos humanos.
La creación del banco es "complementaria y no contradictoria" con la serie de ayudas
Kohl y Thatcher minimizan el futuro banco para el desarrollo del Este
otorgadas por los 24 países europeos occidentales tras la cumbre de los siete grandes del pasado mes de julio. Además de la ayuda alimentaria ya concedida, actualmente se negocia un fondo de estabilización para Polonia por un valor de 120.000 millones de pesetas y un crédito puente a Hungría por la misma cantidad hasta la celebración de las elecciones.La Comunidad Europea urgirá al Fondo Monetario Internacional (FMI), a petición del canciller Kohl, para que estos acuerdos se firmen antes de final de año.
Satisfacción de la URSS
Las prisas de Kohl se extienden al trato que debe concederse a la República Democrática Alemana (RDA). El presidente francés se mostró, sin embargo, contrario a que el acuerdo que la Comunidad negocia actualmente con la RDA vaya más allá de un acuerdo comercial y abarque también la cooperación como sucede con Hungría, en espera de la evolución de los acontecimientos.
La decisión de los doce de tratar sobre la ayuda a los países del Este fue acogida con satisfacción por la URSS, que envió un mensaje de apoyo a la cumbre, informó el ministro belga de Asuntos Exteriores, Marc Eyskens. El ministro declaró que su homólogo soviético, Edvard Shevardnadze, había enviado al titular de Exteriores francés, Roland Dumas, un mensaje en el que "se alegraba de que la CE ayude a los países del Este que practican las reformas".
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