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ARDE CENTROAMÉRICA

'El Salvador pide al Papa que retire a varios obispos

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, Las autoridades salvadoreñas lanzaron un amenaza velada a la Iglesia católica al pedir al Papa que retire de este país a los obispos más progresistas, ya que su vida puede encontrarse en peligro en las circunstancias, por las que atraviesa el país. Esta medida confirma el ascenso constante de la extrema derecha dentro del Gobierno, mientras la guerrilla consiguió ayer conservar casi todas sus posiciones militares en la capital.

Una carta firmada por el fiscal general de la República, Mauricio Eduardo Colorado, y dirigida a Juan Pablo II advierte que el Gobierno no está en condiciones de garantizar la seguridad de los dirigentes dle la Iglesia católica y le recomienda que imparta instrucciones a sus obispos más progresistas para que abandonen lo más pronto posible el país.La carta, que el fiscal no firma como autoridad salvadoreña sino como "su humildísimo hijo", coincide con un momento de frenéticos ataques por parte de jefes militares contra los representantes de la Iglesia católica, a los que constantemente se acusa de ser cómplices del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y tres días después del asesinato de seis jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA). La propaganda militar incluye referencias contra "los curas comunistas".

[Textualmente, la carta enviada por el fiscal al Papa dice: "Existe, desde hace algún tiempo en este sufrido país una tendencía conocida como Iglesia popular a la que (... ) muchos sectores de la población han atribuido gran parte de los hechos violentos que han sacudido la nación durante muchos años, y que han culminado en las acciones rebeldes de la pasada semana", informa Reuter. "Esto, querido Padre, hace que su más humilde hijo sienta preocupación por las vidas de algunos obispos que ( ... ) persisten en mantener viva la dudosa ideología de la Iglesia de los pobres", añade la carta enviada por Colorado].

La Iglesia católica cuenta con nueve obispos en El Salvador, aunque los más activos y famosos por sus gestiones de paz y de mediación ante el FMLN son el arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera y Damas y su auxiliar, Gregorio Rosa Chávez. Y a ellos parece directamente dirigida la amenaza. Un día después del asesinato del sacerdote español Ignacio Ellacuría y sus cinco compañeros de la UCA, el presiderite salvadoreño, Alfredo Cristiani, informó que, a solicitud del propio obispo, el Gobierno había montado un dispositivo especial de seguridad para Rivera y Damas, quien lleva sobre sí la enorme responsabilidad de ser el sucesor de Óscar Arnulfo Romero, asesinado por, escuadrones de la muerte en 1980. Fuentes de la Iglesia católica dijeron que Rivera y Damas solicitó protección oficial sólo durante las 12 horas en que está vigente el toque de queda, con la intención clara de que, si muere, no quede ninguna duda de quiénes fueron sus autores.

Ciudad dividida

La Iglesia católica está intentando jugar un papel pacificador en los combates que desde hace nueve días se libran en San Salvador. Rivera y Damas ha pedido a ambas partes un cese temporal del fuego y se ha ofrecido como mediador, pero esa gestión, que ha sido ya aceptada por el FMLN, irrita profundamente al Gobierno, que no acepta la existencia de una ciudad dividida en dos.

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El hecho, sin embargo, es que el Ejército, utilizando sus mejores unidades y sus medios más sofisticados, no consiguió durante una semana rebasar las fronteras establecidas por el FMLN. Mejicanos, el principal núcleo de resistencia de la guerrilla, fue atacada el sábado por las fuerzas de elite del Ejército, el batallón Atlacatl, que, en un combate casa por casa, avanzaron 100 metros.

Ayer, sin embargo, la guerrilla, continuamente sometida al martilleo de la aviación, parecía que se replegaba de sus posiciones en Mejicanos, según informaciones un tanto confusas de habitantes de este barrio y del ejército regular. Lo mismo ocurría en Cuscatancingo, donde los rebeldes habían abandonado sus posiciones, siempre según oficiales salvadoreños. Algunos periodistas que acudieron a zonas cercanas -Mejicanos sigue vedado a la prensa- hablaron con testigos que aseguraban que los guerrilleros abandonaban posiciones, pero no pudieron explicar si se trataba de una retirada o era un repliegue para un posterior reagrupamiento. Ya el pasado fin de semana los barrios de Zacamil y Soyapango, en la periferia de San Salvador, habían caído en manos del Ejército. Durante los días en que ocuparon los barrios de San Salvador, los guerrilleros construyeron una red de túneles por los que se mueven con extrema facilidad.

La batalla más importante de las últimas 48 horas se libró en la ciudad de San Miguel, a unos 150 kilómetros de San Salvador. En esa localidad el Ejército trata de recuperar un tercio del territorio ocupado por el FMLN. Allí consiguió el sábado la guerrilla un golpe de efecto, al menos psicológico, en el desarrollo de esta batalla: el derribo de un avión de reacción A-37 Dragon Fly, el primero que pierde el Ejército en esta guerra.

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