La CE considera que el País Vasco está amenazado de muerte industrial de cara al mercado único europeo
El País Vasco está amenazado de muerte industrial con vistas a los retos del mercado único de 1993, según un estudio encargado por la Dirección de Política Regional de la CE con la intención de buscar respuestas a los graves problemas de las regiones en declive industrial. Los índices de destrucción del tejido productivo, el retraso tecnológico, el aumento masivo de paro, la pérdida de empleo industrial no compensado por el sector servicios y la ralentización del crecimiento económico sitúan a Euskadi a la cola de las regiones europeas con tradición industrial.
La falta de infraestructuras de transportes y telecomunicación agudiza la situación periférica del País Vasco, cuyo tejido industrial depende en gran parte de "pequeñas y medianas empresas subcontratantes de la gran industria", que están "condenadas a reconvertirse o a desaparecer".
Este diagnóstico es el resultado de un voluminoso informe (373 páginas, más otras 56 de anexos estadísticos) realizado por la Asociación Rider-Ires de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), bajo encargo de la Dirección General de Política Regional de la CE. El profesor Michel Quevit dirigió el estudio, en el que han colaborado expertos internacionales.
Consecuencias
El objeto del análisis, que lleva fecha de octubre de este año, es evaluar las consecuencias socioeconómicas de la realización del mercado único para las regiones de tradición industrial de la CE. Para ello, fueron elegidas seis con mayores problemas de desequilibrios: País Vasco; South Yorkshire y Strathclyde (Reino Unido); Nord-Pas-de-Calais (Francia); Wallonie (Bélgica), y Nordrhein Westfalia (RFA).
En todos los análisis, el País Vasco queda relegado a la última posición. Y cuando las comparaciones toman en cuenta otras regiones industriales, son las también españolas Cataluña, Asturias y Cantabria las que acompañan a esta comunidad autónoma en los últimos lugares. Así sucede con el índice de paro, que duplica, y hasta triplica en el caso de los jóvenes, la media del resto. Lo mismo pasa con los baremos de desarrollo económico y tecnológico, con el agravante de que la relativamente baja tasa de inversión más desarrollo española varía desde el 58,11% que absorbe Madrid al 20,8% de Cataluña, 8,8 % del País Vasco, 0,8% de Asturias y 0,1% de Cantabria.
Por el contrario, la estructura demográfica muestra un crecimiento de población muy superior en España, lo cual contribuirá a empeorar las cosas.
Los males para el País Vasco provienen de que en los últimos 10 años ha perdido un 16,6% del empleo industrial, "casi en su totalidad en el sector manufacturero", y la reducción neta de puestos de trabajo (10,1%) es el doble que la del resto de regiones con tradición industrial y cuatro veces mayor que la media de la CE. Su actividad industrial está concentrada en sólo nueve sectores, con un esfuerzo de innovación e inversión sólo importante en metalurgia y máquina-herramienta. Aunque no existen estadísticas, los efectos del abandono de instalaciones industriales son "evidentes en Baracaldo, Sestao, Éibar, Elgoibar y Rentería".
El estudio recuerda que el mercado único será globalmente positivo, con unos beneficios de entre 22 y 32 billones de pesetas para el conjunto de la CE.
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