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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un soplo de juventud

Tres jóvenes españoles -director, solista, compositor- han sido reyes por un día (o por tres, para ser más exactos) en los conciertos regulares de la Orquesta Nacional. José Luis Temes (Madrid, 1956), el Pequeño gran hombre, impulsor a través del Grupo Círculo de una gran parte de la música de creación actual (tiene en su haber 120 estrenos mundiales), asumía la dirección orquestal. Con un programa meticulosamente confeccionado, Temes ha renunciado a la búsqueda de sutilezas para concentrarse en el orden, la claridad. Su impulso ha arrastrado el cansino andar de la orquesta y todo ha discurrido con el signo de la corrección.La obra de Albert Llanas (Barcelona, 1957) De materia (agosto-octubre 1989) constituye el único estreno absoluto por encargo dentro del ciclo completo de 32 conciertos de la ONE. Tal racanería no favorece precisamente la familiaridad de los músicos con masas instrumentales amplias, la fluidez del discurso.

Orquesta Nacional de España

Director: José Luis Temes. Obras de Llanas (estreno absoluto), Mozart y Strawinski. Auditorio Nacional. Madrid, 17 de noviembre.

Llanas se concentra en la exploración tímbrica, en los juegos sonoros, en la textura. Predomina la materia sobre la forma, el eclecticismo frente a la articulación. Produce sensación de dispersión, de trabajo de aprendizaje, de algo previo a una propuesta más elaborada.

El tercer debutante, Enrique Pérez Piquer, valenciano, de 28 años, es miembro de la orquesta. Actuó como solista en el Concierto para clarinete y orquesta, KV 622 (1791), de Mozart, culminación serena de un tratamiento privilegiado del instrumento por el compositor salzburgués, que había tenido ilustres precedentes en el Trío para clarinete, viola y piano o en el Quinteto para clarinete y cuerda. Pérez Piquer fraseó con elegancia, con un sonido bello bien contrastado por el acompañamiento orquestal.

El salto, en la segunda parte, a la Sinfonía en tres movimientos (1945) es coherente dado el tratamiento neoclásico del lenguaje de Strawinski en esta época. La II Guerra Mundial ha concluido unos meses antes del estreno de esta obra en Nueva York; el compositor ha adquirido la nacionalidad americana. La crisis se refleja en la música. José Luis Temes mostró las tensiones y contradicciones con neutralidad, sin subrayados, con efectividad.

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