Soldados salvadoreños disparan al aire ante la Embajada española
ENVIADA ESPECIAL La delegación diplomática española que viajó ayer a San Salvador para aslisur al entierro del sacerdote vasco Ignacio Ellacuría y otros cinco jesuitas asesinados el jueves en el aeropuerto de esta capital la noticia de que la Embajada española había sido ametrallada.Hacia la una de la madrugada (ocho de la mañana, hora peninsular española), un grupo de soldados disparó al aire frente a la residencia del embajador al grito de: "¡Salir, cabrones, hijos de puta, que aquí os estamos esperando!".
"Llamamos al Alto Estado Mayor y al batallón San Benito hasta que nos dijeron que el tiroteo obedecía a que les soplaron que habían entrado dos subversivos en la embajada o en sus alrededores", afirma Adán García chófer, recadero y agente de seguridad en estos días de confusión "Creo que querían provocamos Fue una suerte que el policía de la embajada no respondiera a las ráfagas del M-16". Garcí a confiesa que sintió miedo: "Nunca había estado tan cerca de un tiroteo. Nos separaba una puerta".
El Gobierno de Felipe González ha pedido al salvadoreño que permita que especialistas españoles tomen parte en la investigación. El presidente Alfredo Cristiani aseguró ayer al sulbsecretario de Exteriores, Inocencio Arias, que invitará a EE UU, España y el Reino Unido al que formen una comisión que esclarezca los hechos.
"España realiza ya sus propias investigaciones", aseguraro ayer Yago Pico de Coaña, director general de Asuntos de Iberoamérica en el Ministerio de Exteriores, y otro miembro de la delegación en el vuelo a San Salvador.
Entre tanto, según infórma Antonio Caño, la guerrilla izquierdista, que lanzó hace una semana su mayor ofensiva en 10 años, se replegaba al suburbio de Mejicanos tras los continuos ataques aéreos sobre sus posiciones en poblaciones de la periferia de San Salvador.
Radio Venceremos, emisora de los rebeldes, comunicó a primera hora de la noche que éstos habían derribado un avión gubernarnental A-37 Dragonfly en San Miguel, 130 kilómetros al Este de San Salvador.
En Zacamil, el FMLN sufrió importantes bajas, entre ellas la de uno de sus más significados jefes, el comandante Amílcar.
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España refuerza la seguridad de la embajada
Viene de la primera página
El Boeing 707 de la Fuerza Aérea Española, que transportaba 12.000 kilos de ayuda humanitaría para El Salvador, tomó tierra a las 8.15 de la mañana (hora local). Fin la pista se encontraba otro avión con los dirigentes de la guerrilla Guillermo Ungo y Rubén Zarriora, que decidieron abandonar la Embajada de Venezuela, donde se encontraban refugiados, al recibir garantías de que podían abandonar el país.
Pocos metros más allá aterrizó un helicóptero para dejar al pie de la escalerilla de otro avión a Claudia Cristiani, la hija del presidente salvadoreño, que viaja a EE UU para continuar sus estudios.
Los jesuitas asesinados fueron embalsamados para dar tiempo a la delegación española, que encabeza el subsecretario de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, a asistir a las exequias. En representación de los jesuitas, viajó Valdés Menéndez, quien fue jefe provincial de Centroamérica de 1982 a 1988. "Estoy terminando mi año sabático pero, si me lo piden, ya no abandonaré El Salvador. Como hiciera Ellacuría, hemos de constituir entre nostoros una piña, que esté abierta a cualquier necesidad del pueblo".
Una fuente diplomática afirman, que hay una "vinculación clara" entre los asesinos de los seis jesuitas y el ala más extremista del Ejército salvadoreño, aunque descarta que Cristiani tuviera un conocimiento previo. Parece imposible que un comando entrara en la resistencia de los religiosos a las tres de la madrugada, con el toque de queda reinante, sin la connivencia del Ejército.
"Cristiani puede cometer el craso error de ocultar información", indicó la misma fuente. "A corto plazo, puede beneficilarse de que no se airee quién ha ordenado acabar con la vida de Ellacuría para no dar la impresión de divisiones dentro de las fjerzas armadas. Pero, a medio plazo, lo lamentará".
El Gobierno español ha decidido reforzar su Embajada en San Salvador, no sólo desde el punto de vista de seguridad, con el envío de tres geo (miembros del Grupo Especial de Opera ciones), sino también diplomático, con la asignación temporal de Diego Bermejo, primer secretario de la Embajada en Lisboa pero con amplia experiencia en el área centroamericana.
A los contactos ya iniciados con los miembros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y diversos sectores civilistas de San Salvador para investigar la muerte de Ellacuría se une la eventualidad de que Cristiani esté dispuelto a llegar hasta la raíz de los hechos y que incluso solicite a Madrid un posible papel mediador. La delegación española se entrevistó anoche con el presidente.
En la confusión que creó en Madrid el asesinato de los cinco jesuitas españoles, se estudió el llamar a consulta al embajador en El Salvador, Francisco Cádiz. Sin embargo, se impuso la evidencia de que era más útil allí, especialmente como paraguas protector de unos 500 españoles residentes en ese país, que en su gran mayoría no quieren abandonarlo. La comunidad española se encuentra bien asentada económicamente. Está compuesta (de comerciantes, industriales y algunos propietarios de granjas o grandes fincas. El mayor peliigro lo corren los religiosos, más de 50, entre los que se encuentran varios jesuitas reiteradamente amenazados de muerte.
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