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La destitución de Narros es "persecución ideológica", según la oposición

Izquierda Unida critica la forma en que ha sido rescindido el contrato del director del Español

La destitución de Miguel Narros como director del teatro Español de Madrid, que depende del Ayuntamiento, fue interpretada ayer como "una persecución ideológica" por parte de Francisco Herrera (IU), anterior concejal de Cultura. Respecto al nombramiento de un no funcionario, Alberto de Urzáiz, como gerente del teatro Español por parte de Joaquín Alvarez de Toledo, nuevo concejal de Cultura, Herrera recordó que el centro-derecha siempre defendió que fuesen nombrados funcionarios para los cargos.

Francisco Herrera, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, señaló que la destitución de Miguel Narros como director del teatro Español (véase EL PAÍS del pasado martes) les había "sorprendido completamente". "Nos parece intolerable", añadió, "porque Narros había conseguido situar el teatro Español en un óptimo histórico en la calidad de la programación y contaba con un amplio consenso social y cultural".A ello añadió que la destitución se produjo sin aviso ni justificación: "Los grupos nos enteramos por la Prensa que ha sido destituido y que se nombra a otro; este método es algo propio de la caverna política".

Herrera anunció que en el pleno del próximo día 24 pedirán explicaciones sobre las razones de esta medida. "Entendemos", dijo, "que además puede existir un factor ideológico, el único explicable, por que no tenemos ni existe ninguna otra razón. Sólo puede ser un factor de persecución ideológica hacia un hombre de extraordinaria profesionalidad que además es de izquierdas".

Respecto al nombramiento de Alberto de Urzáiz como gerente del teatro Español, Francisco Herrera comenta: "El contratar de gerente a una persona no funcionaria es justo lo contrario de lo que defendía radical y apasionadamente el centro-derecha". Ramón He rrero, representante de Cultura del grupo socialista, incidió en lo mismo y anunció que su grupo piensa que hay "algo ilegal en el nombramiento de alguien de la calle, cuando siempre ha bían sido funcionarios los que ostentaban este puesto. Que no se haya planteado ni en pleno ni en comisión la discusión sobre el contrato de Narros contrasta con lo que ocurría antes, que la oposición conservadora pedía ser consultada hasta sobre nimiedades".

Gustavo Pérez Puig, director de teatro sobre el que pesa la suposición de que sería el sucesor de Narros, señaló ayer que no había nada concreto, aunque había mantenido conversaciones en ese sentido.

Joaquín Álvarez de Toledo, concejal de Cultura, comentó que no tenía pensado aún ningún nombre. Con relación a la personalidad de Urzáiz, nuevo gerente, comentó que proviene de la empresa privada. Urzáiz no quiso hablar, ayer.

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