La magia de la pequeña pantalla

La principal actividad con que los jóvenes ocupan su tiempo de ocio es, con mucha diferencia, ver la televisión (un 76,2%). Esto sirve para chicos y chicas, sea cual sea su nivel de formación y su status socioeconómico. Sólo la cuarta parte de¡ tiempo libre se dedica a actividades específicas. Entre éstas, la audición de música grabada ha superado ligeramente a la lectura de libros, y el contacto con las máquinas electrónicas ocupa tanto tiempo como la lectura de Prensa. En general, las formas de ocio más modernas o al menos los tiempos nutridos con medios más modernos superan a las tradicionales. Por otra parte, los ocios pasivos superan a los activos, aun sin tener en cuenta la permanencia ante el televisor.La proporción de lectores entre las chicas (17,2%) es notablemente superior a la de los chicos (12%). Con ello se invierte una relación secular de mayor frecuencia de lectura entre los varones, que les permitía hablar de una supuesta superioridad cultural.

¿De qué forma han evolucionado los hábitos culturales desde la encuesta anterior, correspondiente a 1983? En general se mantienen o descienden muy ligeramente las actividades culturales tradicionales con alta valoración social, como la lectura de libros y de Prensa, la visita a los museos, exposiciones, monumentos, y asistencia a conferencias y otros actos culturales. Crece el porcentaje de jóvenes que se declaran aficionados a investigaciones y prácticas científicas.

Se mantienen estables las aficiones artísticas tradicionales (tocar instrumentos, pintura, cerámica) pero en cambio crece la afición a la fotografía, el cine y el vídeo. Crece también la afición a tres tipos de prácticas que parecen estar de moda entre los j6venes: la jardinería, el cuidado de animales domésticos y los trabajos de artesanía.

Se ha producido, por el contrario, una fuerte caída respecto a la afición de hacer punto, sus labores, bordado y otras similares. Hace tan sólo cinco años se declaraban aficionados a estas actividades más de la mitad de las jóvenes de 15 a 24 años y actualmente sólo cita estas actividades una tercera parte de este segmento de población.

Las prácticas deportivas crecen en relación con las aficiones de caza, pesca, montañismo y natación. Entre los varones la afición al fútbol ha aumentado de un 18,2% a un 22,2% y los aficionados al baloncesto han crecido de un 6,2% a un 16,2%. Baja la afición a correr.

En torno al 63% se declara aficionado al baile, aunque ha disminuido la frecuencia de su práctica. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en este estudio no se han examinado las prácticas de los jóvenes los fines de semana.

Disminuye también la asistencia al cine y el teatro. En éste se ha pasado de un porcentaje de 48% en 1983 a 35,9% en 1988 y en cine de un 93,1% entonces a un 86,8% ahora. Han evolucionado también en sentido negativo otras manifestaciones artísticas como la ópera, el ballet, la zarzuela, los espectáculos folclóricos, las revistas musicales y el circo. Finalmente, ha bajado la afición de los jóvenes a los toros (17,7% en 1983 a un 15,2% en 1988).