La universidad de Tel Aviv celebra por primera vez en España su convención
La ciencia y la tecnología ocuparon ayer la última jornada en Madrid de la primera convención que celebra en España la universidad de Tel Aviv (Israel), con asistentes de varios países de Europa y América. La clausura tuvo como telón de fondo sonoro las protestas de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Emilio Muñoz, presidente del CSIC, tuvo que alzar la voz en su intervención en el salón de actos para que quedaran en un segundo plano los coros que en el vestíbulo del edificio principal del organismo solicitaban la equiparación salarial con la universidad y su propia dimisión. Los investigadores de los organismos públicos de investigación, como es el caso del CSIC, se consideran discriminados y piden un mecanismo de actualización salarial a través de la evaluación de la productividad científica similar al que se va a aplicar en la Universidad. El ministro de Justicia, Enrique Múgica, que presidió el acto de clausura, comentó sonriente a los asistentes, muchos de ellos israelíes, que no se trataba de una intifada. La convención proseguirá hasta el domingo en Barcelona.Muñoz comentó en su intervención los programas europeos de investigación en los que está interviniendo España, entre ellos, aunque todavía en fase de estudio, el de láseres de alta potencia, y la apertura de una oficina del CSIC en Bruselas.
Esta reunión ha marcado el comienzo de la cooperación científica entre España e Israel, que firmaron el pasado lunes un tratado en este campo. Han participado personalidades de la cultura y de la ciencia, entre ellas el físico israelí Yaki Aharonov y el biólogo de la misma nacionalidad Abel Schetjr, el presidente del Tribunal Supremo de Egipto, Muliainmad Said Al-Ashmavy, el director de la revista científica Nature, John Maddox, y el ex presidente del Consejo Británico de Prensa, Zelman Cowen.
Salud, riqueza y sabiduría
Ayer, Maddox comentó que la ciencia ha proporcionado a los países desarrollados salud, riqueza y sabiduría, aunque con algunas contrapartidas no deseables. Los países del Tercer Mundo, reflexionó, están excluidos en la actualidad de los beneficios de la ciencia y la tecnología y esta situación no puede prolongarse durante mucho tiempo sin que surjan problemas de una gravedad sin precedentes.Sliejter comentó el largo camino recorrido en sólo un siglo por la neurociencia desde Ramón y Cajal hasta las redes neurales de la actualidad, pero subrayó que quedan múltiples incógnitas por resolver en el funcionamiento del cerebro humano. Las redes neurales, que pretenden imitar en ordenadores el funcionamiento del cerebro, explicó Shefter, reproducen la función cerebral pero no el mecanismo, y no constituyen un avance en su comprensión.
Aharonov, por su parte, trazó el pasado martes el pararelo entre la fíica moderna y la libre voluntad humana, pues los principios de indeterminación con los que la fíica cuántica ha revolucionado la teoría implican que, al igual que en los comportamientos humanos, en física sólo se puede predecir la probabilidad de que suceda algo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.