El hijo de Cela presenta el libro de sus recuerdos junto al escritor y premio Nobel

Camilo José Cela Conde, hijo del escritor y último premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, presentó ayer en Madrid su libro Cela, mi padre, del que la editorial Temas de Hoy se ha apresurado a tirar 25.000 ejemplares, en dos ediciones, aprovechando la coincidencia de la salida del texto con el anuncio del premio. Cela Conde habló en la presentación, entre otras cosas, del importante papel de su madre en la vida del novelista, y no evitó referirse a la etapa en que éste fue funcionario de la Dirección General de Propaganda. Dijo que el motivo del libro es enriquecer con sinceridad la imagen que se tiene de su padre.

El contrato para la escritura del texto fue firmado en noviembre de 1988, y el manuscrito estuvo terminado en junio. El Premio Nobel se otorgó el pasado 19 de octubre, cuando la primera edición se encuadernaba, por lo que Cela Conde dijo que el que el título esté ahora en la calle "es un oportunismo que obedece a la diosa Fortuna".El autor de la obra Cela, mi padre dijo haber creído que su padre, del que destacó su extremo respeto hacia la vida personal de los demás, montaría en cólera "al leer algunos pasajes en los que aireo cosas". "Pero no fue así, y se limitó a precisar algunas fechas y situaciones que yo no recordaba con claridad", dijo. "El libro es enormemente sincero; es la verdad que yo recuerdo, escrita básicamente de memoria".

Cela Conde aclaró que no ha querido referirse a aspectos sentimentales de la vida de su padre, "que han abundado", porque si bien existen detalles de la intimidad cuya divulgación tiene sentido -"cómo duerme, o come, o escribe"-, en su familia siempre se ha mantenido que "los aspectos de casquería" no tienen por qué ser contados.

Respecto al papel de su madre, Rosario Conde, en la trayectoria del escritor, dijo que ha sido importante, no sólo en las tareas de apoyo investigador o mecanográfico, sino, lo que en su opinión es mucho más importante, en su capacidad para haberle proporcionado "un sistema en el que mi padre ha podido desarrollar sin problemas su carrera; a veces hurtándolo a la legítima intrusión de amigos y Prensa, quedando mal ella".

Discreta distancia

Dijo también que su madre ha asumido voluntariamente un papel muy secundario, de discreta distancia, y que "siempre ha estado allí"; según Cela Conde, en la última fila, por ejemplo, durante las presentaciones de los libros de su marido. Por ello, considera que "volverá a ocurrir así, probaIlemente, en la entrega del premio en Estocolmo; como ha hecho toda la vida".A una pregunta sobre el pasado de su padre como censor, Cela Conde dijo que en el sentido más estricto de la palabra su padre "sí fue censor", aunque luego precisó que "jamás tachó una sola palabra", ya que era un simple funcionario de la Dirección General de Propaganda que se aburría (y al que acabaron echando), dedicado a censurar tres revistas: el boletín de los huérfanos ferroviarios, otro de unas monjas y una hoja parroquial.

Con estos antecedentes, y dado que era "la manera que tenía no de comprarse unos zapatos, sino de conseguir comer", según Cela Conde, "decir que fue censor de Franco es sacar los pies del plato".

En otro momento, Cela Conde dijo: "Parece que el Ministerio de Cultura ha mantenido la idea de que Camilo José Cela era demasiado joven para recibir el Premio Cervantes, dentro del protocolario concepto senil de la literatura". "Si este año le dan el Cervantes", añadió, "el cachondeo va a ser de órdago, y si no, no quiero ni decirlo".

El hijo de Cela explicó que la relación entre ambos ha sido estrecha, aunque lejana en un distanciamiento físico más que emotivo. Dijo que siempre que ha necesitado la ayuda de su padre la ha recibido sin cortapisas, "y jamás ha pronunciado esa frase de 'ya te lo decía yo". Éste es un detalle más, según el hijo, de la enorme generosidad de padre.