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Hernández Gil resalta la adaptación de la magistratura a la Europa sin fronteras

El esfuerzo de adaptación de la organización judicial de los países de la Comunidad Europea (CE) al proceso de la Europa sin fronteras propiciado por el Acta Unica fue resaltado ayer por el presidente del Tribunal Supremo español, Antonio Hernández Gil, en la apertura de la cumbre judicial iniciada en Madrid.

En su discurso inaugural, Hernández Gil, tras remontarse al Derecho Romano para relatar el proceso de integración europea, se refirió, entre otras creaciones de la nueva Europa jurídica, al derecho comunitario y a la protección de los derechos fundamentales, con primacía sobre el derecho interno, de lo que sus exponentes judiciales máximos son los tribunales europeos de Luxemburgo y de Estrasburgo.Hernández Gil manifestó que "no es posible que se forme válidamente un derecho nacional contrario" al de la CE y aseguró que "los choques frontales [entre uno y otro] se evitan al entender -como ha sostenido el Tribunal de Justicia de la CE- que los principios generales y los derechos fundamentales son presupuesto común de los distintos ordenamientos europeos y del comunitario". Señaló que "la norma comunitaria, en cuanto emanada de unas competencias libremente transferidas por el Estado en ejercicio de su soberanía, es inatacable e inmodificable por los cauces del derecho de cada Estado miembro".

El presidente del Tribunal Supremo afirmó que una expresión "todavía más ambiciosa" de la integración jurídica europea se producirá en 1992, cuando entre en vigor el Acta única Europea, "documento que propugna", dijo, "la Europa sin fronteras". Destacó que el proceso de integración europeo va a suponer para la organización judicial "un nuevo esfuerzo de adaptación en el que la justicia ha de ser un importante factor para construir esa más amplia expresión de la unidad europea".

Respeto a la división de poderes

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Los trabajos sobre el tema central de la conferencia -la independencia judicial en sus relaciones con los otros poderes del Estado- los inició el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo español, Enrique Ruiz Vadillo, quien resumió las aportaciones realizadas y expresó la tónica general de respeto hacia la división de poderes por parte de las Constituciones y legislaciones de los 12 Estados de la CE. Ruiz Vadillo resaltó "la conjunción armónica entre la independencia, valor esencialísimo e indeclinable" y la "cooperación entre los distintos poderes en aras de la eficacia en el fondo y en el tiempo que cada día de forma más apremiante nos exige el pueblo". Otros ponentes españoles y europeos hablaron sobre esta materia.

A la sesión de apertura de la conferencia, celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos a puerta cerrada -frente a lo inicialmente anunciado-, asistió el ministro de Justicia, Enrique Múgica, quien resaltó el valor de la jurisprudencia nacional y europea y alentó a los conferenciantes a avanzar, en el ámbito judicial, en la "voluntad política" de integración europea. Ofreció el apoyo del Gobierno española hacia la obtención de "mayores cotas de seguridad, eficacia e igualdad del justiciable". Al término del acto, preguntado por los informadores sobre las críticas recientes hacia la debilidad del poder judicial ante el Ejecutivo, Múgica se remitió a las afirmaciones de Hernández Gil y Ruiz Vadillo y agregó que "el Gobierno no ha realizado ni un gesto contra la independencia judicial".

Los trabajos de la conferencia, que se clausura mañana, proseguirán hoy con la discusión sobre la incidencia de las decisiones de los tribunales europeos sobre las jurisprudencias internas de los países respectivos.

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