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Un avión de pasajeros tuvo que abortar su aterrizaje en Zaragoza al encontrarse con dos cazas de EE UU

Un Boeing 737 de la compañía charter Viva en el que viajaba el equipo de fútbol alemán occidental del Hamburgo tuvo que realizar el martes diversas maniobras al encontrarse con tres cazas A-10 norteamericanos cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Zaragoza. La Dirección General de Aviación Civil calificó el incidente de "situación no deseada, pero absolutamente normal en aeronáutica", aunque abrió una investigación para dilucidar las circunstancias que lo rodearon. Los controladores de Zaragoza han denunciado reiteradamente las irregularidades cometidas por los pilotos norteamericanos. El 10 de agosto, un DC-9 de Aviaco estuvo a punto de chocar con cuatro cazas.

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El avión de la compañía Viva, con el número 3.907, que trasladaba desde Hamburgo (RFA) al equipo local de fútbol, que ayer se enfrentó con el Real Zaragoza, en partido valedero para la copa de la UEFA, recibió permiso para aproximarse a la pista de aterrizaje del aeropuerto de la capital aragonesa a las 16.40 horas de la tarde del martes. El piloto, según fuentes del control aéreo del aeropuerto, se demoró unos instantes en comunicar con la torre de control y, cuando lo hizo, ésta le advirtió de que dos cazas norteamericanos A-10 se aproximaban a la misma pista.El comandante del B-737, que no pudo localizar visualmente a los cazas, optó por frustrar el aterrizaje, para el que le faltaba menos de un minuto, y remontar el vuelo. En el momento de hacerlo, el avión se encontró con un tercer caza norteamericano y se vio obligado a realizar un brusco giro a la izquierda, cruzándose con el A-10, a unos 200 metros de distancia. Con sus maniobras, el avión de pasajeros estuvo a punto de entrar en el espacio aéreo del campo de maniobras de San Gregorio, que se encontraba ocupado por efectivos militares, según las mismas fuentes. Después de dar vueltas durante unos 15 minutos, el B737, con 150 personas a bordo, aterrizó sin mayores consecuencias.

Viraje rápido ,

El delegado de la expedición alemana, Harmut Diekhoff, declaró ayer a EL PAÍS que vio a otro aparato por la ventanilla cuando el B-737 en el que viajaba se disponía a aterrizar en Zaragoza y que, casi simultáneamente, su avión se elevó y efectuó una "maniobra brusca" y un "viraje rápido". El delegado del Hamburgo restó, sin embargo, toda importancia al incidente, asegurando que en ningún momento cundió la alarma entre los pasajeros y que ninguno de ellos ha presentado una denuncia, ni piensa hacerlo, informa Ricardo Gil.Fuentes de Aviación Civil confirmaron ayer, a grandes rasgos, lo sucedido y calificaron el incidente de "situación no deseada, pero absolutamente normal en aeronaútica". Dichas fuentes aseguraron que la decisión de frustrar la maniobra de aproximación correspondió en exclusiva al piloto y que éste no presentó parte de incidencias, pese a lo cual se ha abierto una investigación. Los dos cazas norteanwricanos, según Aviación Civil, contaban con autorización del control militar para encontrarse en las proximidades de la pista donde iba a aterrizar el charter. Portavoces del Ministerio de Defensa indicaron que "en ningún momento existió la más leve sombra de peligro" y que la separación entre el charter y los cazas fue siempre suficiente, de forma que éste podía haber aterrizado sin riesgos cuando se dispuso a hacerlo por primera vez.

Irregularidades

En opinión de dicho departamento, "no se advierte que exista ningún motivo para abrir una investigación oficial". A su vez el Mando de Transporte Aéreo (MATRA) de Zaragoza confirmó que los dos cazas norteamericanos tenían ya permiso para aterrizar, "mientras que el piloto civil todavía no había contactado con la torre, desde donde se le hubiera dicho que esperara".Por el contrario, fuentes de los controladores de la base denunciaron una serie de irregularidades que, a su juicio, se produjeron durante el incidente. La más importante fue la presencia de los cazas norteamericanos en las cercanías de la pista donde iba a tomar tierra el B-737, ya que los aviones civiles tienen "prioridad absoluta" en sus maniobras de aproximación al aeródromo.

La falta de coordinación entre los controladores españoles, que dirigían las maniobras del charter que trasladaba a los futbolistas alemanes, y los norteamericanos, que hacían lo propio con los cazas, podría explicar esta situación, según dichas fuentes. Otra anomalía es el hecho de que una de las dos pistas del aeropuerto de la capital aragonesa estuviera cerrada, ante la eventualidad de que el transbordador norteamericano Atlantis tuviese que efectuar un aterrizaje de emergencia.

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