Pretoria, dispuesta a negociar con la oposición radical
El Gobierno surafricano desea negociar con el Congreso Nacional Africano (ANC), principal movimiento antiapartheid. Así lo reiteró ayer el embajador de Pretoria en Londres, Rae Killen, a la BBC británica al afirmar que la liberación de ocho dirigentes opositores negros el pasado fin de semana es "una continuación de lo que el presidente De Klerk prometió: que haría lo posible para negociar un acuerdo con los diversos dirigentes" opositores. En esta línea, el embajador surafricano en Madrid puntualizó a este periódico que la condición que Pretoria exige para negociar es un "compromiso por parte de los líderes del ANC en el exilio de soluciones pacíficas".
El embajador surafricano en Londres, Rae Killen, en sus declaraciones a la BBC puntualizó que el actual Gobierno de Frederik De Klerk se refiere "no sólo al ANC -Congreso Nacional Africano- sino a los líderes de todas las comunidades y grupos" surafricanos Para él, la liberación de ocho de los más importantes dirigentes políticos negros ocurrida el pasado fin de semana constituye un paso más en este sentido.Fuentes próximas al Gobier no surafricano, sin embargo declararon ayer en Pretoria que la puesta en libertad de estos presos políticos también constituye "una prueba del curso que están tomando las aguas". "Tendremos que esperar y ver lo que ocurre; si los ocho se portan bien o por el contrario empiezan a movilizar a la gente", añadió dicho portavoz. No es la primera vez que el Gobierno surafricano manifiesta su voluntad de entablar negociaciones con el ANC -actualmente ilegal- desde que el antecesor de De Klerk el ex presidente Pleter Botha, recibió hace tres meses en su residencia a Nelson Mandela, el histórico líder del famoso movimiento. Sin embargo, las declaraciones de Killen suscitaron ayer una fuerte polémica al haber aparecido también en la televisión británica afirmando que esas discusiones se podrían llevar a cabo "sin condiciones", informa desde Londres, Ricardo Martínez de Rituerto.Más tarde, la embajada surafricana puntualizó que estas palabras habían sido sacadas de contexto y daban la impresión errónea de que Pretoria estaría dispuesta a negociar con el ANC.
Un representante del ANC calificó, en el mismo programa, de "muy sorprendente" la declaración de Killen y afirmó que "refleja la profunda crisis que sacude al régimen del apartheid'. Pero un portavoz de la embajada replicó poco después que "Suráfrica no ha alterado en ningún momento" su punto de vista con respecto a no negociar con quienes predican la violencia y "Mbeki [un líder del ANC] acaba de manifestar que no excluye la violencia" por lo que queda descartada cualquier discusión con el ANC.
Por su parte, el embajador surafricano en Madrid, Frederich Conradie, se pronunció en el mismo sentido a este períódico al subrayar que "lo único que Pretoria exige para emprender las negociaciones con el ANC es que sus líderes en el exilio manifiesten su compromiso para abandonar la lucha armada, al igual que lo ha hecho ya Nelson Mandela".
Para dicho representante, el ANC "sólo es uno de las piezas en el proceso de negociación que debe entablarse para resolver el futuro de Suráfrica". "El Gobierno de De Klerk", añadió Conradie, "está, dispuesto y preparado para construir un nuevo país; la liberación de Mandela está prácticamente decidida y sólo es cuestión de tiempo. Ello no debe ser un pretexto para justificar la violencia y asegurar que ésta sigue siendo un arma política necesaria, como acaban de decir sus dirigentes en el exilio". En su opinión, "los líderes políticos surafricanos y la comunidad internacional deben colaborar para crear un clima de confianza que estimule el proceso actualmente en marcha dentro del país para construir un gran consenso".
El hecho de que la "colaboración" de Mandela haya sido clave para la liberación de sus ocho compañeros, o los contactos mantenidos por una comisión "absolutamente desligada del Gobierno" integrada por varias personalidades surafricanas, entre otros un hermano del presidente De Klerk, son la prueba para Conradie "de que la mesa de negociaciones se halla instalada en Suráfrica y no en el extranjero".
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