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TRIBUNALES

La acusación pide dos años y medio de cárcel para el alumno que acuchilló a una profesora

La acusación particular pidió ayer dos años y medio de cárcel para Juan Alberto Gómez Porcuna, el alumno que el pasado 30 de mayo de 1988 clavó un cuchillo de cocina en el cuello a su profesora de historia, María del Carmen Galisteo, al finalizar la clase. El juicio, celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Jaén, quedó visto para sentencia. El fiscal solicitó dos meses de cárcel, y la defensa, la absolución.

Juan Alberto, considerado por sus profesores y compañeros como un alumno brillante, fue expulsado del instituto de bachillerato Santo Reino, situado en la localidad jiennense de Torredonjimeno, tras cometer la agresión, "y de forma irregular", según su abogado, Pablo Cortecero. Juan Alberto tuvo que volver a examinarse de todas las asignaturas del curso. Los institutos de bachillerato de los pueblos más próximos lo rechazaron para estudiar COU, a pesar de que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía comunicó a los padres que, si lo deseaban, el alumno tenía derecho a ser aceptado en el que quisieran.

La víctima tiene miedo

La profesora confesó al tribunal que Juan Alberto le inspira miedo en la actualidad y que no acierta a comprender el motivo que le indujo a agredirla. Señaló que nunca había tenido ningún problema con él y que incluso le había ofrecido la posibilidad de examinarse cuando él quisiera, dado que no había podido hacerlo con los demás compañeros.El abogado de la acusación particular calificó los hechos como lesiones graves y reclamó que le fuera impuesta la pena de dos años y seis meses de prisión, y que indemnizase a Galisteo con un millón de pesetas. La defensa, por su lado, solicitó la absolución, al considerar que el alumno cometió la agresión víctima de un trastorno mental transitorio. Esta eximente fue refutada por el fiscal y por el acusador privado, quien dijo que Juan Alberto actuó con premeditación.

El alumno declaró que no recordaba prácticamente nada de lo ocurrido y que su relación con Galisteo era normal. Ante la insistencia del fiscal, afirmó: "Sólo recuerdo que la vi sangrando, me dio mucho pánico y empecé a correr". La defensa aportó el testimonio de dos psicólogos, quienes coincidieron en señalar que Juan Alberto se hallaba inmerso en una depresión y que, con posterioridad, sufrió una amnesia.

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