EE UU advierte que conserva la opción al uso de la fuerza
Estados Unidos se reserva la opción "para utilizar sus fuerzas militares en Panamá, pero nunca lo hará en base a planes diseñados por terceros, sino de acuerdo con los suyos propios", según declaró ayer el secretario de Estado norteamericano, James Baker, en una intervención ante el comité de finanzas de¡ Senado, cuyo orden dell día no estaba dedicado a Panamá, sino a las relaciones económicas entre Washington y Moscú.
Baker hizo esta declaración en respuesta al ex-candidato demócrata a la presidencia, senador Lloyd Bentsen, que le interrogó sobre el papel que Estados Unidos había jugado en el intento de golpe panamameño.El secretario de Estado -que calificó de "generales de sillón" a los que, tanto desde el bando demócrata como del republicano, han criticado la indecisión del presidente George Bush en el intento de golpe- manifestó que era muy fácil arremeter contra la Administración una vez que todo había terminado.
"Dicho esto," añadió Baker, "Estados Unidos se reserva la opción de utilizar las fuerzas militares norteamericanas (en Panamá), una opción que nunca ha sido excluida. Pero si se trata de poner en peligro vidas americanas, el presidente piensa que esa acción hay que tomarla de acuerdo con nuestro propio calendario y basada en nuestros propios planes y cuando existan las máximas oportunidades y ventajas. Estas cosas no se hacen en base a planes de terceros y en respuesta a una situación rápidamente cambiante como la del martes".
La pregunta de Bentsen reflejaba el sentimiento del mundo oficial norteamericano ante el fracaso del golpe y que se podía resumir en una sola palabra: frustración. La euforia que trascendió a funcionarios y legisladores ante las primeras noticias del intento de golpe llevado a cabo por un grupo dejóvenes turcos se desvaneció con un escueto comentario del Pentágono a media tarde: "El golpe ha fracasado y Noriega sigue al mando".
Ayer, Estados Unidos intentó distanciarse de los sucesos de Panamá sin ocultar el desencanto que le producía el hecho de que el hombrefuerte panameño, siguiera firmemente al mando de la nave panameña.
La posición oficial de la Administración Bush sigue siendo que el intento de golpe ha sido 11 un asunto interno panameño". "Por lo menos", se consoló el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, "(el golpe) haservido para demostrar que un sector de las fuerzas de defensa panameñas.se opone a la permanencia de Noriega en el poder".
La cuestión es ahora dilucidar qué parte, si alguna, jugó Washington en la intentona. El propio Fitzwater admitió que "desde hace días se sabía de algunos ruidos sordos" en el país suramericano que, aparentemente, no fueron tomados en cuenta.
El diario The Washington Post revelaba ayer que la Administración, a través de informes incompletos de la inteligencia militar, conocía desde el domingo la posibilidad del intento de golpe de estado contra Noriega y que el presidente Bush personalmente, y en base a presiones del Pentágono opuesto a cuaJquier tipo de acción directa, ordenó la absoluta neutralidad de los 12.000 efectivos militares norte americ ano s estapionados en Panamá.
[Por otra parte, el presidente peruano, Alan García, llamó a los gobiernos latinoamericanos a expresar su repudio contra "el dictador Noriega" pero, como otros mandatarios de la región, advirtió sobre las consecuencias negativas de una eventual intervención militar norteamericana en Panamá, informa Reuterl.
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