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Los regionalistas piden que Cantabría sea declarada zona catastrófica por la sequía

La situación creada por la sequía en Cantabria tiene perfiles "apocalípticos", según el diputado regionalista Miguel Ángel Revilla, expresión que ha utilizado para instar al Gobierno regional a que solicite del central la declaración de "zona catastrófica" para el medio rural.

Las penurias hidráulicas se iniciaron en mayo, y al comienzo del otoño continúan sin romper la tendencia de la primavera y el verano. Durante el mes de septiembre, cuya pluviosidad media en lo que va de siglo se fija en 111 litros por metro cuadrado, sólo se registraron 25 litros, esto es, cinco veces menos de lo esperado. Igualmente escasos de precipitaciones fueron julio y agosto, para satisfacción de los turistas, que invadieron la región y la abandonaron creyendo que Cantabria goza de un clima mediterráneo.

Los déficit de lluvia, según el centro meteorológico zonal, llegaron a superar en julio el 80%, y en Santander capital llovió casi un 50% menos de lo normal, mientras en la comarca de la vega de Pas, de probada tradición ganadera, la falta de lluvia alcanzaba el 80% de la media y algo más la zona de Mirones, en las orillas del río Miera, uno de los puntos más húmedos de Cantabria.

Cinco meses después del comienzo de una tendencia meteorológica que no tiene fin hay ríos, como el Saja, de reconocida tradición truchera, cuyo cauce tiene hoy al descubierto en algunos tramos el fondo de cantos rodados y no se advierte un solo vestigio de humedad. El estiaje y la contaminación arrasaron enjulio la riqueza piscícola del bajo Pas, tras la muerte de decenas de miles de peces.

Hoteles con problemas

Aunque la "sequía del siglo" no ha creado hasta ahora problemas de desabastecimiento de agua en la capital, en algunas localidades de la región, como Suances y Santillana del Mar, hay hoteles que no pueden garantizar el aseo de sus huéspedes, y sólo una menguada fuente de los alrededores facilita la recogida del agua precisa para la limpieza diaria.La Consejería de Ganadería y Agricultura calculó, a finales de agosto, en 3.775 millones de pesetas los perjuicios ocasionados al campo y a la ganadería por la falta de lluvia, pero la cifra deberá ser actualizada tras los rigores de septiembre, que ha sido un mes con predominio de cielos despejados y altas temperaturas, igual que el comienzo de octubre.

Por otra parte, hace casi un mes que la diputación regional acordó destinar 200 millones de pesetas para subvencionar la compra de forraje hasta un 50%, pero hasta ahora la ayuda no se ha materializado.

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