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LA MAESTRANZA

La estocada de Campuzano

La estocada es la suerte más difícil del toreo. Bien ejecutada, la más arriesgada de todas, pues es la única en la que el diestro, durante unos segundos, le pierde la cara al toro. Siempre se ha dicho, metafóricamente, que mataba la mano izquierda, es decir, la muleta. Es una suerte hoy, desgraciadamente, devaluada. ¡Cuántas veces vemos conceder trofeos tras haber rematado una faena con un bajonazo! Urge rehabilitarla suerte de matar.Lo más meritorio de la actuación de José Antonio Campuzano fueron sendas estocadas que recetó a sus dos toros. Ambas fueron de perfecta ejecución y colocación, en la segunda se dejó ver más, fue más lenta, y por tanto, más emocionante.

A su primero, el mejor toro del encierro, aunque justo de fuerzas, lo toreó sobre la mano derecha con temple y pulcritud, salvo algún excepcional enganchón. Sin embargo, le faltó cruzarse más y embraguetarse. De mayor hondura fue la única tanda de naturales que le dió. ¿Por qué sólo una? Su segundo tenía genio y era poco franco, especialmente por el lado izquierdo. Lo toreó sobre ambas manos sin limpieza, aunque quizás por el lado derecho la ausencia de temple tuviera menos justificación.

Sánchez / Vázquez, Campuzano, Manili

Cuatro toros de Ramón Sánchez Recio, y dos de Ramón Sánchez Rodríguez, bien presentados y de desigual juego. Curro Vázquez; media y dos descabellios (silencio); estocada atravesada que asoma y dos descabellos (silencio); media caída y descabello (silencio). José Antonio Campuzano: estocada (oreja); estocada (ovación). Manili: estocada caída (ovación). Pasó a la enfermería con herida de pronóstico leve.Plaza de la Maestranza, 29 de septiembre. Primera corrida de la Feria de San Miguel.

Cogida de Manili

Manili se la jugó en su primero, un toro probón y con enojoso calamocheo. El valor y la técnica se impusieron. 'Obviamente no podía, además, haber estética. Todos los espectadores presagiábamos la cogida, y esta llegó al torear al natural, prendiéndole por la pierna izquierda, y suspendiéndole unos segundos interminables. Remató la faena, mató al toro y se retiró a la enfermería. Allí fue curado de una herida en el tercio medio, cara posterior del muslo izquierdo, de pronóstico leve, salvo complicaciones, pero que a juicio del doctor Vila, le impedía continuar la lidia.Curro Vázquez no consigue demostrar a los sevillanos las calidades toreras que atesora. El toreo de Curro Vázquez no se adecua a llevar la muleta a media altura, como requería su inválido primero. Su actuación en ese toro puede estar excusada.

No lo está, sin embargo, en su segundo, pues aunque no fue un toro boyante, tenía una docena de pases, que el de Linares no acertó a enjaretarle. En el sexto, que mató en sustitución de Manili, tampoco acertó a centrarse con él, un toro cornalón que se quedaba algo corto y tenía genio. Lo peor es que la Maestranza silenció su labor en los tres toros.

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