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EL ESTE CAMBIA

Moscú propone que las superpotencias se desprendan de todas las armas químicas y renuncien a usarlas

La Unión Soviética respondió ayer a la propuesta hecha el lunes por el presidente norteamericano, George Bush, de reducir drásticamente los arsenales militares de armas químicas de las dos superpotencias con el anuncio de que está dispuesta a unirse a Washington en la eliminación total de dichas armas y a renunciar a su utilización "bajo cualquier circunstancia" como paso previo a un acuerdo global en esta materia. Además, la URSS propuso, por boca de su ministro de Asuntos Exteriores ,Edvard Shevardnadze, la supresión total de las pruebas nucleares tanto de superficies como subterráneas , y expresó su esperanza de que sea posible llegar a la firma de un acuerdo sobre armas estrtégicas enla próxima cumbre entre Bush y Mijail Gorbachov.

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En una intervención ante la 44ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que se inauguró el martes 19 en Nueva York, Shevardnadze pidió también un acuerdo global destinado a poner fin a la producción de materiales fisionables empleados en la construcción de armas nucleares y anunció que la URSS cerrará antes del año 2000 su último reactor capaz de producir plutonio.Shevardnadze leyó un discurso de cerca de 45 minutos que fue aplaudido en una sola ocasión por los delegados de los 159 países que asisten a la asamblea general y que esperaban con expectación la respuesta soviética a la propuesta sobre armas químicas hecha el día anterior por Bush. El presidente norteamericano abogó por un acuerdo global de prohibición de armas químicas en el plazo de 10 años y anunció que EE UU estaría dispuesto a reducir su arsenal de este tipo de armas en un 80% inmediatamente y en un 98% en el plazo de ocho años, si la URSS accedía a adoptar medidas similares.

La importancia de la propuesta norteamericana ha quedado devaluada al ser analizada en su totalidad por los expertos en desarme, que se han apresurado a recordar un acuerdo del Congreso de Washington en virtud del cual EE UU está obligado a destruir antes del año 1997 el 90% de su armamento químico antiguo. Igualmente, el Congreso no parece dispuesto a aprobar nuevas partidas solicitadas por el Pentágono destinadas a la producción de lo que se conoce como armas binarias, llamadas así por requerir la mezcla de dos elementos químicos para producir gas venenoso.

El ministro soviético manifestó que "la Unión Soviética está dispuesta, junto con Estados Unidos, a ir más allá [de la propuesta norteamericana] y asumir obligaciones mutuas previas a la conclusión de un acuerdo multilateral" en las conversaciones de Ginebra. Moscú, añadió, está dispuesto a estudiar con Washington la adopción de los siguientes pasos: poner fin a la producción de armas químicas, incluidas las llamadas binarias, que Washington todavía produce; "reducir radicalmente o destruir por completo las armas químicas soviéticas y norteamericanas como medio de conseguir la destrucción global de este tipo de armas"; "renunciar al uso de estas armas bajo cualquier tipo de circunstancias, y poner en vigor rigurosas medidas de verificación encaminadas a conseguir el cese en la producción de armas químicas".

En el amplio abanico de medidas de desarme propuestas por Shevardnadze, que no son sino un eco de las anunciadas previamente por Gorbachov, se incluye la oferta de Moscú de anunciar nuevas reducciones en el número de proyectiles de corto alcance en Europa, siempre que los países de la alianza atlántica estén dispuestos a aceptar el principio de negociar sobre este tipo de misiles. Los misiles de corto alcance no fueron incluidos en el acuerdo sobre proyectiles de alcance intermedio alcanzado entre Gorbachov y el ex presidente Ronald Reagan y la posibilidad de su eliminación ha actuado como manzana de la discordia en el seno de la OTAN, con Estados Unidos y el Reino Unido abogando por su mantenimiento y la República Federal de Alemania, que les aloja en su territorio, y el resto de los aliados europeos a favor de su supresión.

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Defensa de la 'perestroika'

Shevardnadze dedicó la última parte de su discurso a defender la perestroika y afirmó que su país estaba construyendo "un nuevo tipo de sociedad, un nuevo modelo de socialismo". El ministro soviético advirtió que del éxito de la perestroika dependía en gran parte el futuro del mundo. La única parte de su discurso que obtuvo un aplauso por parte de los delegados fue la dedicada a los cambios de Polonia. Shevardnadze se preguntó por qué si la URSS admitía el establecimiento de un Gobierno no comunista en Polonia, Occidente objetaba el que existiera un Gobierno comunista en Cuba o consideraba una amenaza la posibilidad de que un comunista presidiera el Gobierno de un país occídental.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez, que ayer celebró un almuerzo de trabajo con su colega soviético acordado durante la presidencia española de la Comunidad Europea, manifestó que la posición de España era de apoyo total a la propuesta de Bush sobre armas químicas y a los acuerdos alcanzados en Wyoming. "Hay que insistir", dijo Ordóñez, "en que el desarme no debería limitarse a la distensión Este-Oeste, sino a la consecución de acuerdos específicos, como éste de las armas químicas, que incluya la prohibición de su producción, almacenamiento y uso".

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