La Generalitat desobedece la orden judicial de cerrar el centro donde 15 ancianas vivían en condiciones inhumanas
La Dirección General de Servicios Sociales de la Generalitat se negó a cumplir la orden judicial de cierre y clausura de la residencia geriátrica Alba, en Vallvidrera, donde una comisión judicial descubrió el viernes a 15 ancianas que ocupaban un cobertizo anexo a la casa cuyas condiciones eran infrahumanas. El médico que visitaba semanalmente a las residentes, Juan Luis Ferrer Major, ingresó ayer en prisión después de declarar ante el juez.
Un oficio de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, aportado ayer al juzgado, explica que no se llevó a cabo con anterioridad la detención del médico, tal como había ordenado el juez, para no dejar a la residencia sin médico dado que la Generalitat "se había negado a cumplimentar la orden de cierre dispuesta por el juzgado". La Generalitat negó ayer haber recibido ninguna orden judicial, según un portavoz del departamento de Bienestar Social, cuyo titular, Antoni Comas, todavía no se ha pronunciado sobre los hechos.El médico Juan Luis Ferrer Major compareció ayer ante el juez y tras declarar por espacio de una hora fue detenido y conducido a la prisión Modelo. El facultativo, acusado de un delito contra la salud pública, era el encargado de visitar a las residentes una vez a la semana. Ferrer también es el médico de la residencia Vallvidrera, centro que está sometido a otra investigación judicial.
La negativa de la Generalitat a cumplimentar un mandato judicial causó extrañeza en el juzgado que lleva el caso, así como la versión dada por la directora general de Servicios Sociales, Ángela Miquel que el sábado criticó la acción judicial calificándola de "precipita da" y de haber sido realizada "sin ninguna justificación". La versión que ha mantenido la Generalitat desde el pasado viernes, día en que trascendió la intervención judicial provocada por una denuncia de la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad, es opuesta a la que presenciaron los fiscales y el médico forense que se presentaron en el geriátrico a las nueve de la noche. Para Ángela Miquel, las ancianas estaban bien cuidadas, por lo que niega que se pueda hablar de estado de abandono y malos tratos.
Frente a la postura de la Generalitat, las dos actas levantadas por dos fiscales y el médico forense en la madrugada del viernes relatan un cuadro dantesco. En el cobertizo anexo a las dependencias de la residencia, en la que 26 ancianas estaban en buenas condiciones, la comisión encontró a nueve mujeres en otros tantos plegatines que llenaban por completo el cobertizo, de 16 metros cuadrados. "Las condiciones de salubridad son ínfimas, encontrándose en el suelo restos de comida y excrementos, así como en las sábanas y en los camisones de las residentes, en los que también se hallaron insectos propios de la montaña", afirma el acta. "Presentan síntomas de desnutrición y dos de ellas tienen amplias úlceras de decúbito", agrega el informe.
El acta continúa señalando que las ancianas estaban aisladas y que no disponían de ningún timbre para pedir ayuda. En un almacén de leña cercano al cobertizo se encontró a otra anciana en malas condiciones. También en la planta baja de la casa, la comisión encontró a otra anciana que ocupaba un plegatín en un vestidor, rodeada de cubos, fregonas y palanganas. En el comedor, cerradas con llave y respirando un "profundo olor a orines", otras dos mujeres ocupaban sendos plegatines. Las 15 pacientes, que pagaban entre 70.000 y 100.000 pesetas mensuales, estaban aisladas ya que padecían demencia senil, según la denuncia presentada.
La propietaria del establecimiento, Isabel López Alba, permanece en prisión desde el viernes. Catorce de las 15 ancianas trasladadas al Frenopático han sido recogidas ya por sus familiares. Por otra parte, dos hijas de una anciana que falleció en abril pasado, después de estar dos años en la residencia, entregaron ayer un informe médico al juez. Hoy se conocerá el resultado de la autopsia de otra anciana que falleció el miércoles pasado y cuyo cadáver fue exhumado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.