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La solución de la deuda pasa por la aplicación de profundas reformas estructurales, según Solchaga

Enric González

El ministro español de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, afirmó ayer en Washington que "ningún alivio de la carga de la deuda puede sustituir a la puesta en vigor de reformas estructurales profundas en las economías altamente endeudadas", durante su intervención ante el comité de desarrollo del Banco Mundial. El ministro defendió asimismo "el uso equilibrado de políticas monetarias y fiscales que logre una disminución de los desequilibrios fiscales y de balanza de pagos de los países industrializados, y que creen un contexto de estabilidad financiera internacional".

Carlos Solchaga, que llegó a Washington el domingo por la tarde, pronunció su discurso ante el comité de desarrollo poco después de las nueve de la mañana de ayer. Tras apoyar el fortalecimiento del GATT (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles) y la reducción del proteccionismo, se refirió a la estabilidad cambiaria como "una necesidad que nadie discute, y en la que tanto este comité [de desarrollo] como el comité provisional han insistido reiteradamente. En este sentido", dijo, "la reciente entrada de la peseta en el sistema monetario europeo indica claramente la voluntad del Gobierno español de contribuir a una mayor estabilidad del sistema monetario internacional".Respecto al problema de la deuda externa, Solchaga afirmó que "domina esta reunión del comité, como ya ocurrió en la pasada reunión del mes de abril". "Ahora, como entonces", añadió, "la solución pasa por la puesta en marcha de programas de ajuste y crecimiento", y descartó que los acuerdos de reducción del endeudamiento que puedan alcanzarse sean una panacea, coincidiendo en ello con lo señalado en el informe de previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI).

De hecho, al asunto de la deuda se le ha puesto sordina en la mayoría de las intervenciones oficiales, con el fin de permitir que los comités bancarios y los equipos negociadores de los países endeudados prosigan con tranquilidad sus conversaciones. El propio presidente del Banco Mundial, Barber Conable, manifestó la semana pasada que "la deuda no es el tema en esta ocasión".

El ejemplo de México

El subsecretario del Tesoro estadounidense para asuntos internacionales, David Mulford, señaló el viernes por su parte que su objetivo era que Filipinas, Costa Rica, Uruguay, Chile, Venezuela y Marruecos alcanzaran acuerdos de reducción de su deuda dentro de los próximos seis meses, sumándose al ya logrado por México.

Los dos gigantes del endeudamiento que aún no han entrado oficialmente en la rueda del plan Brady, Brasil y Argentina, trabajan también intensamente estos días. El presidente argentino, Carlos Menem, llegará mañana a Washington para participar en lo que se espera sea el sprint final de las negociaciones que su país mantiene con la banca norteamericana, cada vez más reticente ante el plan Brady.

Pese al pesimismo que se extiende sobre la efectividad real de los programas de reducción de deuda y a la cada vez más negativa actitud de los bancos, Solchaga manifestó en su intervención que "los diferentes esquemas de reducción de deuda, que hace sólo unos meses eran propuestas más o menos vagas, han empezado a convertirse en realidad. La experiencia, aunque todavía pequeña, es esperanzadora y muestra ya una diversidad de enfoques que permitirán una gran flexibilidad en los acuerdos futuros".

Puntualizó, sin embargo, que una flexibilidad mayor no deberá poner en peligro ni el enfoque, caso por caso, ni la continuidad de los programas de reformas estructurales y de políticas financieras saneadas, las cuales siguen constituyendo el núcleo básico de la solución al problema de la deuda".

Carlos Solchaga siguió diciendo que los planes de ajuste en esos países requieren dinero nuevo de la banca comercial, por lo que reiteró "la necesidad de que las autoridades de aquellos países en los que sea necesario, revisen los marcos legales, contables y fiscales que regulan las provisiones de la banca".

La intervención de Solchaga coincidió con una conferencia de prensa del director del FMI, Michel Camdessus, en la que éste endureció su tono habitual al hablar de los países endeudados que se niegan a aplicar las políticas de ajuste recomendadas por el Fondo. Camdessus amenazó veladamente a los países que se atrasan en sus pagos al FMI, como Perú, con reducir su cuota en la institución y, por tanto, su capacidad para recibir préstamos de la misma.

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