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Dudas sobre la autoría del atentado de Rentería

El origen de la carta bomba que costó la vida el pasado miércoles en Rentería al cartero José Antonio Cardosa y que, según HB, iba dirigida a su simpatizante Ildefonso Salazar, seguía ayer sin ser aclarado, según fuentes de la lucha antiterrorista, dada la dificultad para hallar y analizar residuos del explosivo.

Estas fuentes especulaban con la posibilidad de que la acción haya sido un "montaje" -tesis calificada de "más probable"- o un atentado de incontrolados. La policía desconoce aún el tipo detonador empleado -por apertura o por reloj- y "apenas queda nada del explosivo empleado", comentan, por lo que los analistas policiales deberán tratar de hallar con el microscopio algún rastro "milimétrico" que haya podido quedar en alguna parte. Sólo queda un mínimo trozo de las gafas del cartero fallecido que está siendo analizado por si tuviera algún resto del explosivo.

Según las citadas fuentes, Ildefonso Salazar, "no es bien visto" por las facciones más duras de HB. Esta mala imagen se cimenta en tres hechos: su pasado como poli-mili, su proximidad a los dirigentes menos duros de la coalición vasca y, sobre todo -siempre según esas fuentes- que "largaba demasiado". Distintas fuentes de la lucha antiterrorista han preferido no profundizar en la hipótesis, manejada en las últimas horas en inedios policiales, de si ETA sospechaba de algún tipo de relación de Salazar con policías destinados en el País Vasco. "No lo sabemos, pero aunque lo supiéramos, no lo diríamos", señaló una de las fuentes policiales consultadas.

Celeridad de HB

Estas fuentes señalan la sospechosa celeridad con que HB organizó una conferencia de prensa para acusar al Estado de esta acción. "Como si ya la tuvieran preparada, cosa que no hicieron tras la muerte del pescadero Luis Reina por idéntico sistema", indicaron. Este atentado aún no ha sido reivindicado.En medios de la lucha antiterrorista se señala la coincidencia de que, semanas atrás, Joaquín Aperribay, directivo de la Real Sociedad, sufrió primero un atentado que costó la muerte de su chófer, Gregorio Caño, y, posteriormente, recibió una carta bomba que pudo ser desactivada a tiempo por la policía. Aperribay, según estas fuentes, también mantiene relaciones con dirigentes moderados de Herri Batasuna.

Según fuentes de la lucha antiterrorista, entre 1975 y 1978 Salazar fue colaborador de ETA Político millitar. Entre el último año y 1980 se integró en el aparato de apoyo de ETA Militar. En 1980 fue detenido y, posteriormente, condenado a un año de prisión por colaboración con banda armada.

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