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Asesinos de uniforme

Connivencias con la violencia protestante en las filas del Regimiento de Defensa del Ulster

Andrew Browne, de 25 años, y Andrew Smith, de 29, son dos soldados rasos del Regimiento de Defensa del Ulster (UDR) acusados del asesinato de Loughlin Maginn, un católico de 28 años abatido en agosto por los Ulster Freedom Fighters (UFF), grupo terrorista protestante. Browne también ha de responder de la muerte de Liam McKee, otro católico asesinado en junio. De estas muertes extraen los nacionalistas más razones para exigir el desmantelamiento de la unidad más joven del Ejército británico, que ven como instrumento de la agresión protestante.

Dieciséis miembros del UDR están condenados a cadena perpetua por asesinato y otros siete han sido condenados por homicidio desde la fundación del regimiento, en 1970. Más de un centenar han visitado las cárceles norirlandesas por la comisión de delitos que van desde la violación a la venta de armas a grupos terroristas protestantes. Algunos han sido condenados por pasar información confidencial a esos mismos grupos.Maginn fue tiroteado después de que los UFF se hicieran con material secreto de las fuerzas de seguridad en el que figuraba como un "oficial de enlace" del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Los UFF se jactaron de la información que poseían, la hicieron pública y Browne y Smith van a pagar por ello, junto con el taxista Edward Jones. Es la primera vez que grupos terroristas protestantes demuestran documentalmente la existencia de connivencias denunciadas repetidamente por los católicos.

El UDR fue creado hace 19 años, al poco del desmantelamiento de los sectarios B Specials, y a los ojos de los católicos nunca ha perdido el carácter de fuerza partidista protestante. "Me apunté porque no quería ver a mi comunidad destruida", dice un soldado del UDR, de patrulla rutinaria por una de las estrechas, tortuosas y traidoras carreteras de Irlanda del Norte.

"A mi amigo lo mataron cuando iba en una patrulla como ésta", añade un tercero. "Llegó el momento de que yo hiciera algo y de mantener al Ulster en el Reino Unido".

Tres voces típicas

Son voces típicas de soldados del UDR, regimiento formado exclusivamente por norirlandeses y, en su casi totalidad, protestantes. Sólo la alta oficialidad pertenece a la infantería regular británica y apenas el 3% de la tropa profesa el catolicismo. Son 6.500 soldados y el 55% de ellos, cuando se quita el traje de campaña y el casco de acero tras una patrulla por la que han cobrado unas 4.000 pesetas, trabajan como agricultores, albañiles, profesores, carteros o amas de casa. Los profesionales ganan sobre las 100.000 pesetas mensuales.

Los nacionalistas ven al UDR como un elemento de lucha contra el IRA que permite al Gobierno mantener sólo 10.000 soldados regulares en la provincia y, con sus muertos a manos del terrorismo republicano, dejar el Ulster como un lugar para la escabechina entre irlandeses.

El IRA ha matado a unos 180 miembros del UDR, con pocas excepciones soldados a tiempo parcial, más indefensos ante el ataque terrorista por su falta de profesionalidad y por habitar entre civiles.

Viven bajo continua amenaza de muerte y tratan de ocultar a amigos y vecinos las razones de sus varias entradas y salidas intempestivas de casa a lo largo de la semana, poco menos que un secreto a voces en una comunidad pequeña y vigilante en la que todos lo, saben todo: "Le digo a la gente que soy un conductor de camiones de largo recorrido y mis hijos saben que nunca han de decir que su padre está en el Ejército".

Al concluir su jornada en el campo, la oficina o la fábrica, los soldados a tiempo parcial acuden al cuartel para iniciar su patrulla junto con la policía por el 85% de la provincia. El oeste de Belfast, Londonderry y la zona fronteriza del condado de Armagh son algunas de las áreas calientes en las que no entran. Los controles en las carreteras son el grueso del trabajo.

Además de la investigación sobre el asesinato de Maggin, la policía y el Ejército andan estos días tras los responsables de la desaparición de las fotos y direcciones de nueve presuntos miembros del IRA de un cuartel en que está estacionado un batallón del UDR. Fuentes militares, aun reconociendo la gravedad de estas filtraciones, hacen hincapié en que sólo una parte mínima de las alrededor de 35.000 personas que han pasado por el UDR se ha visto implicada en acciones delictivas.

Los más nacionalistas piden el desmantelamiento puro y simple del regimiento. A Londres, que ha visto peores crisis de confianza en el UDR que ésta, tal exigencia le suena a nada. La desaparición de esa unidad supondría, además, doblar el número de tropas regulares en la provincia, algo inconcebible.

[La primera ministra británica, Margaret Thatcher, realizó ayer una visita relámpago a Irlanda del Norte, informa la agencia Efe desde Belfast].

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