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Guerra de canales

Malestar por la adjudicación a la TVV de las frecuencias que permiten ver TV-3

Colectivos ciudadanos y profesionales, sindicatos, partidos políticos y ayuntamientos se han movilizado contra la decisión de la Administración central de otorgar a la Televisió Valenciana (TVV), que empezará a emitir en breve, las frecuencias que permiten la recepción de la Televisió de Catalunya (TV-3) en la Comunidad Valenciana. La medida impedirá a los valencianos disfrutar de un canal que ha alcanzado una audiencia diaria de unos 400.000 espectadores, justificada por razones técnicas. Pero tiene motivos políticos.

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El pequeño gigante

Los miles de valencianos que ven diariamente TV-3 están enfadados. Y con razón. Muchos de ellos pusieron dinero de su bolsillo para sufragar los repetidores y reemisores que permiten la recepción de las emisiones del canal catalán en la práctica totalidad del País Valenciano. Ahora ven con preocupación que su dinero puede perderse.Las protestas ya se han hecho oír desde diversos sectores. Se ha iniciado la recogida de firmas para un escrito de protesta remitido al Ministerio de Transportes y Comunicaciones y no se descartan otras medidas de presión.

Los comentarios son unánimemente contrarios a la medida que impedirá ver TV-3. El "no hay derecho, nos quitan una opción, por la cara", aparece de inmediato cuando se comenta el tema. "Es privar al pueblo valenciano de una opción", dice el diputado autonómico centrista Luis Gil Orozco. Políticos de diversos partidos se han manifestado en contra y, como el nacionalista Pere Mayor, consideran que "la actitud más lógica sería dejar que los ciudadanos tuvieran las dos opciones".

La TV-3 se estrenó en el País Valenciano el mes de marzo de 1986, gracias a un repetidor de 25 metros de altura y cinco kilovatios de potencia, instalado en el monte Bartolo, en el término de La Pobla Tornesa (Castellón). En 1987 se instalaron repetidores en la sierra de la Carrasqueta, en Xixona (Alicante), y en Chiva (Valencia), sufragados también gracias a la participación de miles de personas en una asociación, Amics de TV-3, promovida por Acció Cultural del País Valencià, una entidad privada que logró aportaciones particulares por valor de 120 millones de pesetas. Diversos ayuntamientos montaron después hasta 53 pequeños reemisores -que han costado unos 300 millones- para superar las zonas de sombra. La señal llega de esta forma incluso a algunas zonas de la provincia de Murcia.

Audiencia

La audiencia de la televisión catalana en el País Valenciano es, según un sondeo de la Consejería de Cultura, de dos millones de personas, de las que 400.000 sintonizan a diario la TV-3. Los diarios valencianos incluyen en sus páginas de televisión la programación del canal catalán.La acogida de la televisión del Norte -pese a la supuesta amenaza del imperialismo catalán que denuncian grupos anticatalanistas- ha sido buena desde el principio. El nuevo canal ampliaba las opciones televisivas.

Pero no todo han sido facilidades. La Administración central ordenó cerrar, en noviembre de 1986, el reemisor del Bartolo porque no tenía licencia. Acció Cultural recurrió apelando al derecho a la libertad de información.

Una sentencia judicial dio la razón a la Administración, porque la instalación implicaba "una ocupación privada de dominio público obtenida sin previa concesión administrativa". La sentencia nunca se aplicó.

La decisión del Gobierno de dar a la TVV las frecuencias que permiten la recepción de TV-3 en el País Valenciano precede a la inminente salida al aire del canal autonómico valenciano, que difícilmente podría salir airoso de las comparaciones con la TV-3, al menos en su primera etapa.

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