La 'guerra' colombiana

Virgillo Barco, presidente de Colombia, ha declarado la "guerra total" a los narcotraficantes, que no han dejado de anunciar una respuesta en idénticos términos. Minada desde hace años por el desarrollo de una mafia de la cocaína con poderes cada vez más ramificados, Colombia estaba condenada a reaccionar. El Gobierno de Virgilio Barco lo ha hecho -tras el asesinato del senador Luis Carlos Galán- con una energía y una decisión desconocidas hasta ahora. Hoy no puede retroceder. Las autoridades norteamericanas lo han comprendido bien: han apoyado de forma, inmediata -diplomática y financiera cieramente- la primera respuesta al tráfico de droga. Muchos dirigentes del cártel de Medellín aparecen en los primeros puestos del palmarés de la revista Fortune. Tienen un verdadero ejército de miles de hombres y pueden movilizar fácilmente muchos más. Los insistentes rumores sobre la dimisión de la señora Greiff -sexta ministra de Justicia colombiana en menos de seis meses- prueban la fuerza de sus amenazas. Se calcula que más de un millón de personas vive del narcotráfico en Colombia, Bolivia, Perú y Brasil. Esta economía dentro de la economía se ha transformado en estos países en un Estado dentro del Estado. Para detener esto algunos sugieren la liberalización de la droga, otros recomiendan una intervención militar norteamericana. Pero la solución está en EE UU, en donde se concentra la mayoría de los consumidores. 30 de agosto