Escribo esta carta

como réplica a otra publicada en EL PAÍS el 22 de agosto de 1989 y titulada Jueces incompetentes.

Soy un chico de 19 años, estudiante de Derecho, y verdaderamente me asombra y preocupa la dimensión que está tomando la crítica al sector judicial por la opinión pública. Como muestra de ello, apareció en dicha carta una opinión, compartida por gran parte de los ciudadanos: "La justicia española no funciona porque los encargados de administrarla son incompetentes y están cargados de prejuicios".

Esta opinión me parece bastante simplista y no nos conduce al núcleo del problema.

Siguiendo con el bicentenario de la Revolución Francesa, uno de los principios proclamados en ella fue el principio de separación de poderes, y por tanto la total independencia del poder judicial respecto del ejecutivo.

Sin embargo, la situación es bien diferente, y a menudo observamos constantes injerencias del Gobierno socialista en los organismos y asuntos judiciales. Así, tenemos un Consejo General del Poder Judicial controlado en gran parte por el Ejecutivo.

Esta situación es intolerable en un Estado de Derecho. Además de ser sumamente peligrosa, ya que dicha independencia judicial constituye la clave para la salvaguardia de los derechos de los ciudadanos frente al Estado.

Por este motivo insto a las asociaciones judiciales para que reaccionen de la manera más enérgica frente a esta situación, ya que una justicia despolitizadaes condición indispensable para poder acometer una eficaz reforma que resuelva gran parte de los problemas con los que se encuentra hoy día.-