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Desbandada en Medellín ante la guerra a los 'capos'

Viene de la primera página

Numerosas casas y edificios han sido abandonadas. Todos saben que también pertenecen a los jefes de la droga. "Allanar todo lo que el cártel tiene en Medellín es una tarea casi imposible. Se necesitaría la acción de todo el Ejército nacional", comenta un periodista local. Otra grave expresión de esta guerra son las amenazas.

Los más afectados en esta ciudad son los periodistas. A diario reciben llamadas telefónicas en las que se les advierte que se cuiden, que los van a matar si siguen hablando mal del narcotráfico. El diario El Colombiano, el más importante de Medellín, parece tomado por guardias de seguridad. Su dueño, Juan Gómez, es el alcalde de la ciudad, quien ha insistido en que el diálogo es la salida para la crisis del país. Pero en esta guerra se busca golpear a las figuras más representativas; el alcalde lo es y él lo sabe. Hace pocos días fueron desactivadas dos potentes cargas de dinamita colocadas en las dos emisoras más importantes: Caracol y RCN. De haber explotado, hubieran volado las dos sedes radiales.

Empleo garantizado

"Claro que tenemos miedo, la situación es horrible. Yo pienso que el que tenga su platica debe irse del país", comentó un taxista. No es una opinión generalizada. Mientras en los altos círculos el miedo es más común y las calles de los barrios residenciales se ven solas desde tempranas horas de la noche, en los sectores populares la vida parece seguir igual. Muchos se preguntan si el Gobierno dará el mismo empleo que les garantizaban los capos de la droga.

En Medellín es donde más se vive esa subcultura que ha generado el narcotráfico, ese amor por el dinero fácil, esa pérdida del valor de la vida. "Aquí una vida vale cuatro bazucos [cigarrillo que se hace del residuo de la producción de cocaína]; es aceptar que ser sicario es un trabajo tan común y tan reconocido como otro cualquiera,. El sueño de muchos jóvenes de los barrios pobres de Medellín es tener una moto y una ametralladora". Hace un tiempo, un sacerdote que trabajaba en estas zonas marginales del lugar contó que en la época de Navidad le preguntó a un niño ocho años qué le había pedido al niño Dios. El niño respondió: "Una pistola para matar al que mató a mi papá".

Aquí en Medellín sonó aún más insólita la noticia que sorprendió al país ayer, domingo. Un tribunal de orden público revocó la orden de detención que pesaba contra Pablo Escobar como autor intelectual de dos matanzas campesinas el año pasado en la región caribeña de Urabá. Hace apenas un mes, una joven juez de orden público fue asesinada en las calles de esta ciudad precisamente por negarse a revocar esta decisión. Lo más insólito de la medida es que contradice un pronunciamiento hecho por el mismo tribunal, en noviembre del año pasado, cuando confirmó que existían pruebas suficientes para dictar auto de detención contra el jefe del cártel de Medellín. El año pasado cuando por primera vez se vinculó a Escobar con este crimen, éste envió a los medios de comunicación una carta en la cual negaba su participación.

Tal vez lo más importante de esta guerra es que ha servido para que en Colombia se empiecen a conocer muchas verdades. En su edición dominical, el diario El Espectador revela detalles de un informe entregado por el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) al Gobierno en el que se previene sobre los intereses políticos de los narcotraficantes.

En concreto, el DAS previene contra el movimiento Morena, recientemente constituido. El DAS asegura que Morena (Movimiento de Restauración Nacional) "nace del interés del narcotráfico, de las bandas de sicarios y de organizaciones como la Asociación Campesina de Agricultores del Magdalena Medio para establecer su hegemonía en esa zona del país". El DAS pide al Gobierno que ilustre a los precandidatos sobre las nocivas secuelas de aliarse con ese grupo. Hace dos meses Morena ofreció su total apoyo al precandidato liberal, Hernando Durán Luzán.

Los rumores sobre la dimisión de la ministra de Justicia, Mónica de Greis, de 32 años, se hicieron ayer más generalizados. El Espectador anunció su renuncia en primera página. La versión fue desmentida oficialmente. Sin embargo, una fuente cercana a la funcionaria dijo a este periódico que la joven ministra aprovechará su viaje a Estados Unidos, donde se encuentra desde el viernes concretando la ayuda que ese país dará a Colombia, para renunciar y quedarse indefinidamente en el exterior. La ministra está amenazada de muerte.

[Por su parte, el fiscal del Estado de EE UU, Richard Thornburgh, advirtió ayer a los capos colombianos del narcotráfico cuya extradición solicita su país que "son sospechosos en todo el mundo" y que la Interpol había sido alertada, informa Reuter].

[Versiones periodísticas difundidas el sábado en Lima afirman que miembros del cártel de Medellín han entrado en Perú a través de una remota zona selvática fronteriza del noreste del país, informa la agencia Efe. Estas versiones no fueron confirmadas por fuentes oficiales peruanas].

Más información en la página 13

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