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'Polish precedent'

Fernando Savater

Leo con malévola fruición los comentarios incantatorios de muchos progres respecto a los acontecimientos que tienen lugar en las que hasta hace poco eran llamadas con lúgubre desvergüenza "democracias populares". Pertenecen al género del excircismo: ¡arredro vayas! Y, como siempre, el demonio aparece en cuanto se le trata de expulsar y se las arregla para tirar al exorcista por la ventana. De VC2, en cuando el caído es un megaterio de volumen a lo Ernest Mandel y tiembla todo el patio de vecindad.Jaculatoria fundamental de estos conjuros es la siguiente: que no hay que confundir los defectos de los países del Este con virtudes de los del Oeste. Cierto que las "democracias popuares" son fatales, pero no cometamos el error de suponer que las democracias capitalistas son mejores... Y de inmediato se oye la carcajada del demonio: ¡pero si está clarísimo que son mejores! Mejores quiere decir: funcionan mejor y tienen a la gente menos descontenta. Sigue bisbiseando el exorcista: "¡Sálvalos del socialismo real, Señor, pero no les dejes caer en la tentación del capitalismo!". Y el diablo zapatea de pura juerga con sus pezuñas de cabra: "¡Pero si precisarnente lo que quieren los rebeldes contra el comunismo autoritario es una cura capitalista de urgencia. ¡Si en las elecciones polacas el único que logró quitarle votos a Solidaridad fue un empresario millonario! ¡Si los estudiantes chinos, hoy ya tiroteados en la nuca por el principio de realidad maoísta, convirtieron en diosa a la estatua de la libertad neoyorquina, lo que no se había atrevido a hacer ni Baudrillard!".

Los descalabrados exorcistas se sacuden el polvo de su caída y gruñen doloridos: "Pues anda que ¡bueno es el capitalismo! ¿Ahora va a resultar que no hay alternativa al capitalismo?". El demonio se calla, porque lo que quiere es fastidiar, pero nosotros podemos seguir un poco más adelante. Alternativa habrá según y cómo. Si por alternativa se entiende la abolición de la economía de mercado por medio de un colectivismo de partido único llamado "dictadura del proletariado" o cosa semejante, esa alternativa la ha habido pero ya no la hay: es decir, que donde prevalece no es más que a fuerza de privar de la posibilidad de expresión y acción política a quienes no la desean, que son mayoría mientras no se demuestre lo contrario (si no, no sería una dictadura). Se trata de una opción explícitamente rechazada. Las burocracias estatistas dictatoriales de legitimación marxista (vulgo "democracias populares") son el final de una alternativa del capitalismo, no su único modelo. La otra alternativa nace de la evolución del capitalismo mismo, no de su abolición radical. Por eso en Polonia, en Hungría, en Checoslovaquia, en Rusia, en China, etcétera... quieren el sistema democrático capitalista y no ninguna variedad recalentada de leninismo: porque el capitalismo evoluciona y el burocratismo estatista no. Creer en el paraíso puede ser una ingenuidad, pero reconocer el infierno es parte de la lucidez: por eso huyen hacia lo otro aun a sabiendas de los muchos defectos que ha de tener. El purgatorio capitalista es manifiestamente mejorable, como ciertas fincas, y las luchas burguesas ilustradas y obreras de los últimos dos siglos así lo atestiguan. Pero hay que continuir su transformación social y moral a partir de él mismo y no de las dictaduras colectivistas sustitutorias: pregunten, pregunten si no a quienes han experimentado la utopía estatista en carne propia...

El exorcista (o la exorcista, por supuesto) nunca se desanima del todo. Como el Papa, sigue predicando en su desierto ocasionalmente lleno de totus tuus. El Papa, sin embargo, es más coherente: habla contra el hedonismo individualista y, por tanto, predica la castidad. Un corresponsal independiente, perteneciente a coros y danzas sector crítico, comentaba la visita papal diciendo que el Pontífice "había predicado la castidad y el ascetismo, aunque también había condenado el egoísmo y el materialismo hedonista de la sociedad de consumo". Ese pozo de sabiduría equivocó la partícula: no debía haber puesto aunque, sino por tanto. No es el Papa reaccionario en unas cosas y progresista en otras, sino reaccionario en todas, lo que es sin duda preferible a no distinguir ni entre reacción y progreso ni entre el culo y las témporas, como el susodicho corresponsal. Pero, ¡ay! -volvemos a la jaculatoria exorcista-, el individualismo burgués, que ya se ha apoderado hasta de los ex izquierdistas, es causa de los males del Tercer Mundo y de la deuda externa. Por lo visto, los populismos a la etíope o a lo Seku Turé han hecho avanzar notablemente la causa de los desamparados de este mundo. Y por eso en Colombia los narcotraficantes asesinan al líder liberal Luis Carlos Galán, cuya forma de pensar no era tan distinta del oscurantista Vargas Llosa, mientras que se las entienden de maravilla con el guerrillerismo obcecado y con la mafia derechista paramilitar. ¿Se acabará el hambre y la marginación tercermundista con salmodias antiindividualistas o extendiendo la dignidad y los derechos individuales a quienes hoy no los tienen?

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Ahora, noticias del mundo hípico. El potro Polish precedent (Precedente polaco), un e stupendo hijo de Danzig y past example, lleva seis victorias consecutivas esta temporada, la última en el importante premio Jacques le Marois, corrido en Deauville en agosto. Se augura que va a continuar su racha de victorias y no precisamente por razones espirituales, sino del más jubiloso y veloz materialismo. ¡Al diablo los exorcistas!

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