"Sois una pareja muy simpática podéis pasar"
El servicio de seguridad de la discoteca Oh! Madrid no debió de recibir con agrado el detalle de ver llegar a los periodistas con un Renault 5, en vez de entrar conduciendo un BMW. Lo cierto es que el portero, una muralla de músculos con bigote y cicatriz incluidos, no se dignó levantar la cadena que impedía el acceso al local."Si no tienen tarjeta de socio o mesa reservada no pueden pasar, dice jugueteando con la cadena.
"¿Y cómo podemos conseguir una tarjeta?".
"Tienen que estar propuestos por un relaciones públicas y dos socios. Y en caso de que quieran reservar una mesa es preciso que lo hagan con 24 horas de antelación".
"Queremos hablar con el relaciones públicas, nos gustaría entrar ahora. Además, esto no es un club privado, ¿no?".
"Ya le he explicado las condiciones para acceder a este local. Además, el aforo está completo", mantiene sin inmutarse, mientras una riada de personas con aspecto de gente guapa pasa a nuestro lado sin problemas.
En ese momento de la conversación los periodistas se identifican. La respuesta del portero es inmediata: "Qué pintas, vosotros no sois periodistas". Pero a continuación, por si acaso, llama al relaciones públicas, quien no se corta lo más mínimo: "Si hubieseis venido de normales y diciendo que erais de EL PAÍS no habríais tenido ningún problema". Era precisamente lo que queríamos evitar.
Más divertido fue nuestro aterrizaje en la sala Archy. El apuesto portero lamenta no poder dejarnos entrar, ya que Televisión ha reservado el local para esa noche. También en este caso necesitábamos una invitacion o poseer la preciada tarjeta de socio. No desistimos, comentamos: nuestras dificultades a un siciliano de pelo a lo Bono que acaba de salir del local.
Una pareja muy maja
"¿No poder entrare?", dice riéndose. "Pero qué pasa en España. La dictadura finito, ¿no? ¿Por qué pasa esto?". El siciliano intenta introducirnos con él, pero de nuevo nos quedamos al otro lado de la cadena.
En ese momento, el encuentro con otros compañeros de profesión cambia la situación cuando nos gritan: "¿Qué pasa, hombre, no os dejan entrar?. Les explicamos que estamos trabajando y los resultados. El portero se da cuenta del asunto y no tarda ni dos segundos en hacernos un gesto con el dedo para que nos aproximemos a la puerta.
"Le he comentado a mi compañero que sois una pareja muy maja y os vamos a dejar pasar".
"¿Y ese cambio repentino?".
"Nada, que nos habéis caído muy bien".
"De repente n tenemos problemas, ¿eh?".
"No, hombre, no. Pasad, por favor, pasad".
Aprovechamos para comprobar si Televisión estaba grabando en el interior como nos habían asegurado, pero no encontramos ni una mísera cámara.
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