Honecker y Kohl cruzan mensajes sobre los refugiados
El presidente de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, respondió ayer a la carta personal que le había enviado el pasado viernes el jefe de Gobierno de Alemania Occidental (RFA), Helmut Kohl, para solicitarle su cooperación en la búsqueda de soluciones al problema creado por los refugiados de la RDA que han ocupado la representación diplomática de la RFA en Berlín Este, así como las Embajadas de Bonn en Budapest, Praga y Varsovia. El portavoz del Gobierno occidental, Hans Schumacher, que facilitó la información, no quiso desvelar el contenido del mensaje.
Todo parece indicar que la crisis entre los dos Estados alemanes ha entrado en un punto muerto en el que Bonn espera, en el más absoluto silencio, que el régimen de Honecker haga algún movimiento más allá de las retóricas acusaciones contra la RFA de "financiar el éxodo" y de "entrometerse en los asuntos internos" de la RDA. El mutismo, sin embargo, no ha permitido saber si de la respuesta de Honecker podrían desprenderse indicios de que el conflicto entra en vías de solución.La dimensión que está tomando este éxodo masivo de alemanes orientales hacia la RFA ha empezado ya a hacer mella en Bonn. Los socialdemócratas (SPD) no han podido resistir la tentación de criticar abiertamente la política con respecto a la RDA de la actual coalición en el Gobierno (cristianodemócratas y liberales).
Dos diputados del SPD, Gunter Gauss y Klaus Boelling, que dirigieron la representación diplomática de Bonn en Berlín Este, han acusado al actual Gobierno conservador de haber jugado con la situación en la RDA y provocado el actual éxodo. El SPD, que propugna un plan Marshall para el Este de Europa, para crear una situación más equilibrada que desactive el éxodo de ciudadanos, considera que la llegada al Gobierno de la coalición presidida por Kohl ha echado al traste toda su política de los años hacia el Este.
Mientras tanto, 10 de los refugiados de la Embajada de la RFA en Budapest decidieron ayer salir de su encierro y volver a la RDA, con lo que el número de ciudadanos germanoorientales en la cancillería de Bonn en la capital húngara es ahora de 181. Sin embargo, según estimaciones conservadoras, otros 500 esperan en campings y los aledaños de la embajada y han mostrado ya su intención de no volver a su país. De éstos, cerca de 300 son ya ilegales al haberles caducado su visado turístico.
Centro de acogida
Diplomáticos de Bonn en colaboración con la Orden de Malta y otras instituciones humanitarias han instalado un centro de acogida para refugiados en Budapest, en el jardín que rodea a una iglesia católica, en el que, según la RFA, "se les aconseja" y ayuda. Según fuentes húngaras, hay en la actualidad más de 200.000 ciudadanos de la RDA que pasan sus vacaciones en Hungría.En la representación diplomática de Bonn en Berlín Este no se ha producido ningún cambio y permanecen los 116 alemanes orientales allí refugiados. En la Embajada de la RFA en Praga se contabilizan otros 40 refugiados, mientras que en Varsovia un único ciudadano de la RDA ha pedido asilo. Las Embajadas de EE UU y el Reino Unido en Berlín Este han tomado medidas especiales para impedir el flujo de refugiados.
Otros ciudadanos de la RDA, sin embargo, han preferido utilizar los viejos métodos, más arriesgados pero también más expeditivos. Ayer, dos alemanes orientales intentaron fugarse de su país a bordo, respectivamente, de un camión cisterna militar y de un camión de basuras. En ambos casos, fracasaron. Pero un soldado de 19 años del Ejército de la RDA tuvo más suerte y consiguió aparecer en Baviera de madrugada, con uniforme y sin armas, tras haber cruzado la dificil frontera. Ayer, Schumacher, en la habitual conferencia de prensa de los miércoles, mantuvo un silencio absoluto sobre el tema.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.