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Los aliados del POUP se coligan con Solidaridad

"La coalición del Partido Campesino Unificado, del Partido Democrático y de Solidaridad está capacitada para formar un Gobierno de responsabilidad nacional bajo la dirección de Lech Walesa". Así rezaba la resolución que a última hora de anoche aprobaron los diputados de los tres partidos de la oposición polaca, en medio de estruendosos aplausos y con tan sólo siete votos en contra. Surge así en Polonia una nueva coalición, capaz de tomar el relevo al Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), que hasta ahora monopolizaba el poder en este país de la Europa del Este.

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El Partido Democrático (PD) y el Partido Campesino Unificado (PCUJlhabían sido hasta ahora los aliados incondicionales del partido comunista. Los dos, junto a Solidaridad, cuentan en el Parlamento polaco con 264 diputados, de los 460 escaños, y podrán formar un Gobierno si el presidente Jaruzelski se muestra dispuesto a encargar a Solidaridad la formación del nuevo Gobierno.

El Gabinete que con toda probabilidad presidirá Lech Walesa contará también con ministros comunistas, para los que Solidaridad decidió reservar las carteras de Interior y Defensa. Una vez formada la coalición, las tres agrupaciones deberán esperar la decisión del presidente de Polonia, general Wojciech Jaruzelski, a quien corresponde designar al nuevo primer ministro, sucesor del general Czeslaw Kiszczak, quien anunció su disposición a renunciar al cargo de primer ministro el pasado lunes, pero que aún no ha presentado su dimisión al Parlamento.

Según el principal representante de Solidaridad en las negociaciones gubernamentales, Jaroslaw Kaczyriski, "todo apunta a que Jaruzelski aceptará la candidatura de Walesa como futuro primer ministro, pero no hay una seguridad total". Hoy se espera en Varsovia un encuentro del presidente Jaruzelski con los líderes de todas las principales formaciones políticas polacas. En el marco de los preparativos para esta reunión, Jaruzelski se entrevistó ayer con el cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp, quien recibió, por su parte, al embajador soviético en Varsovia, VIadimir Borovikov.

El líder de Solidaridad, Lech Walesa, se había entrevistado minutos antes de la votación con los parlamentarios de su grupo para abogar una vez más por la idea de formar un gobierno de Solidaridad. "Hemos venido aquí a cambiar, y tenéis que cambiar Polonia", gritó Walesa a los diputados que todavía no estaban convencidos de que realmente un Gobierno de Solidaridad fuera una buena solución a la crisis polaca.

"Debemos asumir el riesgo; yo también corria riesgo cuando en 1980 salté la valla de los astilleros [de Gdarisk] para dirigir las huelgas", agregó Walesa. Según el líder de Solidaridad, quien sostenía anoche que no quería ser primer ministro, pero sí estaba dispuesto a ayudar a formar el nuevo gabinete, "la nueva coalición no está dirigida contra los comunistas sino contra el monopolio del POUP".

Desastre económico

Explicando los motivos que indujeron a Walesa a emprender, inesperadamente, el pasado 7 de agosto, la iniciativa de formar un Gobierno de Solidaridad, Jaroslaw Kaczyriski mencionó los resultados de las elecciones de junio, en las que la oposición obtuvo un triunfo arrollador y, por otro lado, la trágica situación económica de Polonia.

En la actual coyuntura europea, dijo Kaczynski, "en que se producen y seguirán produciéndose grandes cambios, es necesario salvar al país del peligro de una catástrofe nacional".

Las dudas de los representantes parlamentarios de Solidaridad se referían sobre todo a la poca credibilidad de los eventuales aliados y a la concesión de las carteras de Defensa e Interior al partido comunista. En este contexto, uno de los diputados recordó la historia del Partido de Pequeños Propietarios húngaro que en 1946 también formó un Gobierno sin contar con las carteras de Defensa e Interior y fue aniquilado poco tiempo después por los comunistas. Kaczyriski manifestó que quitar los mencionados ministerios a los comunistas significaría la necesidad de un levantamiento armado. "¿Están ustedes dispuestos a ir a las barricadas?", preguntó irónicamente Kaczyriski.

En su intervención, Kaczyriski aclaró también que no había seguridad en cuanto a la aceptación de la candidatura de Walesa por Jaruzelski, pero "todo apunta a que la acepte". Kaczynski afirmó también que, durante las negociaciones con el PCU y el PD, el partido comunista estaba al tanto del desarrollo de la situación y no impidió a sus aliados continuar las negociaciones. Tampoco, señaló Kaczyriski, fueron interrumpidas las negociaciones después de la entrevista del embajador soviético en Varsovia con los jefes de los partidos Campesino y Democrático, celebrado el pasado viernes.

La nueva fórmula, gubernamental parece estar de acuerdo con los intereses estratégicos de la URSS. En los últimos días, el gran vecino de Polonia se ha pronunciado sobre los acontecimientos polacos. El pasado viernes, un portavoz del Ministerio soviético de Exteriores recordó a los polacos que las alianzas debían respetarse. La respuesta de Walesa fue ofrecer Defensa e Interior al POUP.

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